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Javier García Isac: Pedro Sánchez, miserable y ruin

Redacción




Javier García Isac. Director de Radio Ya.

Es muy difícil calificar o analizar las recientes declaraciones de nuestro presidente de gobierno Pedro Sánchez, a su radio amiga la cadena SER, sin caer en algún tipo de delito creado a medida en el código penal, para este tipo de ocasiones. Como poco, Pedro Sánchez, debe ser calificado como miserable y ruin, y sus palabras de inaceptables. Afirma que Cataluña necesita votar en referéndum un nuevo estatuto que contemple un mayor autogobierno. Llego a decir que el actual estatuto, nunca fue votado por la ciudadanía. Pedro Sánchez, como es habitual en él, miente a sabiendas de que lo hace. El actual estatuto vigente en Cataluña si fue votado, lo que sucede, es que parte del articulado propuesto, fue tumbado por considerarse inconstitucional por parte del Tribunal Constitucional, que es precisamente el órgano encargado de tales menesteres.

Reconozco que odio profundamente esa costumbre tan arraigada en la izquierda española de siempre mostrarse comprensivos y ponerse del lado de los que se saltan la ley, de los delincuentes, de los golpistas, de los que tensionan y rompen la convivencia, de los violentos, y nunca de las víctimas, de  todos aquellos que sufren la tiranía, que aguantan estoicamente los insultos, las amenazas, la violencia, de los ciudadanos de a pie que cumple la ley y las normas, y que ya están más que hartos de soportar lo insoportable. Pedro Sánchez habla de diálogo, pero con los verdugos y no con las víctimas. Se olvida de todos aquellos catalanes que llevan más de cuarenta años siendo sometidos por el gobierno autonómico y por el gobierno español. Miles de catalanes a los que de forma continuada se le da la espalda y nunca amparo. Lo extraño, lo raro, es que después de la dejadez de funciones de los distintos gobiernos de España, consistiendo el corrupto régimen catalán y e incluso colaborando  y alentando la tiranía despótica, pues sus votos son casi siempre necesarios para curiosamente aprobar las leyes más importantes del estado español, como son los presupuestos generales del estado, y después del adoctrinamiento sufrido, todavía existan catalanes que se sientan españoles. Catalanes que vuelven a ser traicionados por el gobierno de todos los españoles, pues el dialogo que propone Pedro Sánchez, es para seguir dando prebendas y privilegios a la casta independentista, que no a los catalanes que cada día se parten la cara para demostrar que Cataluña es una parte indisoluble de España, cosa que por otro lado, tanto parece molestar a la izquierda de este país.

Parece que todos estamos de acuerdo en la necesidad que tiene España de modificar la constitución, lo que sucede es que nadie parece entender, que lo realizado hasta el momento no funciona. Esta loca descentralización sin sentido alguno, este modelo autonómico inmoral e insostenible, generador de tensiones y discrepancias, que nos divide entre ciudadanos de primera, segunda o tercera, dependiendo de donde nazcas, donde residas e incluso de donde mueres, ya no vale. La reforma que necesita España y que nadie se atreve a plantear, va precisamente en sentido contrario de lo propuesto por Pedro Sánchez. El estado central necesita recuperar competencias que nunca  debieron ser cedidas y si tenemos que votar, que lo hagamos todos los españoles. Votemos si esta división territorial que tenemos es la más eficaz. Este sería el autentico referéndum que la clase política no desea plantear a los españoles, pues están cómodos navegando en sus pequeños reinos de taifas, donde la corrupción y las corruptelas, escapan en muchas ocasiones del poder de la justicia.

Votemos, pero votemos todos y decidamos de una vez por todas si el modelo autonómico, después del tiempo transcurrido y de lo que sabemos y conocemos, es lo que deseamos para una España cada vez más cuestionada y cuyos sufridores ciudadanos empiezan a estar hartos de tantas desigualdades y despropósitos. Lo que se nos prometió como un maravilloso sueño, se está convirtiendo en la peor de las pesadillas, en el peor de los sueños, en la insoportabilidad donde sufrimos la ineptitud de todos aquellos que nos gobiernan o nos dirigen. Hace ya mucho tiempo que nuestro bienestar o el  interés general de los ciudadanos, dejo de ser una prioridad, dejo de estar en la agenda.