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El Valle de la Paz

Redacción




Fernando Alonso Barahona. Crítico de cine.

Samuel Bronston (1908- 1994)  tras producir Rey de Reyes ( Nicholas Ray 1960 ) logró la participación, sin duda imprescindible, de Charlton Heston para rodar El Cid, una de las grandes obras maestras de la Historia del Cine y la joya de la corona de las películas producidas en España por el imperio creado por su artífice. Allí descubriría y quedaría encantado con el Valle de los Caídos, alzado e impresionante sobre Cuelgamuros, acariciando el cielo y la montaña.

Samuel Bronston.

El Cid 1961 es la historia de un héroe que sabe amar (la reconciliación con Jimena es un momento mágico de romanticismo y belleza), cumplir con su deber (la jura de Santa Gadea en la que obliga al Rey Alfonso a jurar que no tuvo parte en la muerte de su hermano don Sancho), pelear (el juicio de Dios de Calahorra, un ejemplo de montaje y puesta en escena absolutamente antológica) , perdonar (España tiene por fin un rey, le musita herido de muerte al rey Alfonso cuando éste reconoce por fin su error y corre a su lado) y morir (la antológica escena de la muerte de Rodrigo – El Cid – agarrado al brazo de Jimena y haciéndola prometer que a la mañana siguiente habrá de conducir a sus tropas a la victoria, vivo o muerto. La imagen del Cid, en unidad con el rey Alfonso – Dios, El Cid, España gritan los soldados – logra la victoria después de muerto y ahuyenta las tropas musulmanas del fanático Ben Yussuff.

El gran Charlon Heston, en el magistral El Cid. /Foto: arterural.com.

Anthony Mann (su obra fue analizada con entusiasmo por Félix Martialay en los especiales de la revista Film Ideal de la época) logró transmitir unas imágenes de poderosa belleza, desde el paisaje agreste de Castilla hasta la emocionante secuencia final: el héroe cabalgando en la playa y perdiéndose en el horizonte tras haber cruzado las puertas de la Historia para entrar en la leyenda. Charlton Heston es el Cid en su más perfecta encarnación – como supo reconocer Ramon Menéndez Pidal, el mayor especialista cidiano en todo el mundo – héroe, valiente, esforzado, el caballero andante en su expresión suma. Sofia Loren posee la belleza serena que otorga a doña Jimena un carácter parecido a Dulcinea, pero es también la mujer fuerte que defiende la memoria de su padre y cumple la última voluntad de su esposo.

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El éxito fue apoteósico no solo en España sino en Estados Unidos y en todo el mundo; supuso la cima de Bronston y el productor – liberal e independiente – quiso ofrecer al Gobierno de España un documental sobre el Valle de los Caídos que acababa de inaugurarse.  Bronston y Anthony Mann lo habían descubierto cuando en el Risco de la Nava buscaban localizaciones para diversas escenas de El Cid. La cruz soberbia y bella entre las montañas impidió rodar allí escenas porque su silueta aparecía una y otra vez en los fotogramas de la película.

El documental, El valle de la paz, fue escrito por Jim Bishop y dirigido por Andrew Marton, un experto en filmar secuencias de acción en segundas unidades ( participó en la mítica Ben Hur ) y suya es – además – un clásico del cine de aventuras como Las minas del rey Salomón ( codirigida por Compton Bennet ).  El guión contó con  el asesoramiento de Fray Justo Pérez de Urbel -primer abad del Valle de los Caídos-. La leve historia contaba las vivencias de un joven sacerdote de la comunidad religiosa del Valle de los Caídos que evocaba la memoria de sus dos tíos, caídos ambos en la Guerra Civil en cada uno de uno de los dos bandos contendientes y enterrados juntos en el monumento. Daba vida al joven sacerdote el actor valenciano, José Antonio Mayans, luego curtido en docenas de películas y coproducciones.

Pablo Linares nos recuerda:

Tras las labores de montaje del documental, fue el propio Bronston quien acompañado por el recientemente nombrado Ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, presentó la obra final al General Franco en la pequeña sala de cine existente (aún hoy) en el Palacio de El Pardo.

El productor había evitado deliberadamente poner nombre a su producción para reservar esta labor a modo de presente al propio Jefe del Estado. Franco, que no dudó en alabar la película al ser claro exponente del espíritu de reconciliación con el que se gestó el Valle de los Caídos, no dudo a la hora de ponerle nombre: “El Valle de la Paz”.

La verdad del Valle de los Caídos

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Monumento a la reconciliación

https://www.casadellibro.com/libro-los-presos-del-valle-de-los-caidos/9788494210754/2539691

La edificación de la Basílica del Valle de los Caídos tuvo lugar entre 1940 y 1958, bajo la dirección de dos arquitectos: Pedro Muguruza hasta 1950 y Diego Méndez desde este año, cuando sustituyó al primero por causa de enfermedad. La decisión partió del propio Jefe del Estado, Francisco Franco, por unos decretos de abril de 1939 y abril de 1940.

Juan de Avalos,  ( 1911- 2006 ) el artista que esculpió las estatuas del Valle republicano de familia – lo que no le impidió ser elegido por el propio Franco para diseñar la obra – cuenta en este video asombrosos testimonios sobre el Valle . Y es que la manipulada memoria histórica de algunos muchas veces se da de bruces con la verdad. Avalos tuvo el carnet número 7 del PSOE de Mérida, sólo estuvo en el palacio de El Pardo una vez y cobró por aquel encargo 300.000 pesetas.

Piedad, de Juan de Ávalos, en el Valle de los Caídos.

En 1951 se le encargó la Piedad de la cripta y el grupo escultórico de los cuatro evangelistas que sirven de base a la cruz del monasterio benedictino de la Santa Cruz del Valle de los Caídos (Madrid). Para esta obra colosal  empleó cuatro años de trabajo y utilizó nuevas técnicas para trasladar los bocetos a su tamaño definitivo. El resultado fue  una impresionante obra de arte que tan solo sectarios, revanchistas e ignorantes pretenden hacer desaparecer de la Historia.

Arte y belleza, siempre por encima de la política y los avatares de la historia, aunque inevitablemente formen parte de ella.

La verdad debe estar por encima de los intereses coyunturales y de las manipulaciones de presuntas memorias históricas  (La memoria es personal y subjetiva, nunca puede confundirse con la historia como realmente fue) .