Miguel Sempere.
Es del Partido Popular y senador, José Ignacio Landaluce se ha dedicado a hacer el buenismo, a presumir de Algeciras ciudad abierta, pero ya ha caído en la cuenta de que la situación está desbordada y que Algeciras hs sido entregada y abandonada a su suerte.
Por si eran pocos los que llegan, Pedro Sánchez ha enviado el barco de Open Arms con otros 87 inmigrantes ilegales a bordo. Y el alcalde no tiene ni comunicación con el Gobierno. “El ministro del Interior ha estado en Algeciras tres veces de tapadillo y no me ha llamado”, ni tan siquiera hay “respeto institucional”.
El alcalde popular ha instado al presidente del Gobierno y a Grande-Marlaska a viajar allí para ver la realidad. «Pero sobre todo que se vayan a Rabat y luego a Bruselas para pedir una política común sobre inmigración».
Todavía Landaluce no ha abandonado las ficciones del buenismo. «No quiero que Algeciras deje de ser un puerto de acogida, pero que no sea el único». Reclama «cabeza» al Gobierno. «Todos nos debemos al bien común. Los españoles tienen mucho corazón sí, pero en este tema hay que tener cabeza porque no hay bolsillo suficiente».
Asimismo se ha quejado de que el Gobierno no le haya «devuelto ni un duro» de la atención a los inmigrantes pese al esfuerzo realizado. «Yo tengo el dinero justo para atender a mis vecinos«, se queja y subraya que no quiere que se produzca un desequilibrio social en su ciudad.
Algeciras ya es la nueva Lampedusa y el Gobierno sestea en sus irresponsables efectos llamada. Su alcalde tampoco se entera de que es una invasión y Algeciras, la cabeza de puente.