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Exclusiva: ¡Los de El País y El Confidencial se han vuelto tontos de remate!

Redacción




Enrique de Diego.

¡Qué risa, tía Felisa! Combatamos con humor la grosera manipulación que perpetran cada día medios que van de serios y no lo son. A medida que al malvado George Soros se le tuercen todos sus planes –en 2017, declaró desconsolado en París: “todo lo que podía salir mal ha salido mal”- las manipulaciones en las que caen sus esbirros son más delirantes y alucinógenas. ¡En la Open Society se deben meter chutes de mezcalina! ¡Las tonterías que montan para la peña de indigentes mentales, ya no ilustrados, sino mostrencos!

Inger Stojberg

Vamos paso a paso. Empecemos por el contexto: desde el 1 de agosto, está prohibido ir con burka por Dinamarca. En uno de sus magníficos artículos, “Dinamarca, el país de los vikingos saqueado por el islam”, José Donís Catalá contó que se trata de una iniciativa de una aguerrida socialdemócrata: Inger Støjberg. Es una bonita historia de coraje y defensa de los derechos de la mujer, así que les remito al artículo, que incluye datos poco alentadores, como que el 88% de las violaciones en Dinamarca –y se han disparado- son perpetradas por inmigrantes y el 84% de las violaciones con violencia extrema, por inmigrantes musulmanes.

Ofrecemos la foto de Inger. Ni usted ni yo, querido e ilustrado lector de Rambla Libre, la conocemos, ni nos la hemos cruzado en la calle, pero en Dinamarca se presenta a las elecciones y es muy conocida. Es ministra del Gobierno.

Como socialdemócrata y feminista, quizás debería contar con alguna simpatía de El País y El Confidencial, pero hete aquí que esos dos medios supuestamente serios, pero manipuladores hasta el ridículo, los que les caen simpáticos son los integristas. Cosas del tío Soros que está gagá y no da pie con bola. Porque tanto El País como El Confidencial aparecen en los documentos de la Open Society, filtrados por Wikileaks, en la órbita del tío Soros, y los “papeles de Panamá”, ofrecidos por El Confidencial, son repartidos por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (UCIJ), una organización financiada por el magnate. Se han vuelto tontos pero pillan pasta por tomar a sus lectores por auténticos cafres y perfectos idiotas.

Tanto El País como El Confidencial han ofrecido el mismo reportaje gráfico con idéntica titulación, que aquí se funciona con consignas internacionales. El País, que se adelantó, “musulmanas desafiarán…” Para El Confidencial,musulmanas desafían…”

Suponemos, que es mucho suponer, que es Ayah, musulmana danesa de 37 años. ¿Y qué hace hablando con dos bañistas? ¡Qué escándalo!

Pido al lector que se fije bien en la foto. Reproduzco el pie: “Ayah, una musulmana danesa de 37 años habla con dos bañistas durante una visita a Karlstrup Kalkgrar, lugar cercano a Karlstrup, en las afueras de Copenhague”. Reconocerá usted, querido e ilustrado lector de Rambla Libre, que los dos bañistas, aunque están de espaldas, son fácilmente identificables como tales porque llevan traje de baño y puede que sean, en efecto, daneses. En cuanto a lo de Karlstrup, nunca he estado en Dinamarca, así que habrá que fiarse, aunque tanta insistencia en la localización hace sospechar que a lo mejor se trata de Las Bahamas, porque eso de Karlstrup Kalkgrar cercano a Karlstrup suena a Burgos cercano a Burgos. Vamos a dejarlo ahí. Si algún lector ha estado en Karlstrup que se ponga en contacto y nos confirme e ilustre.

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Una segunda mirada a la foto. Por favor, mírela más detenidamente. ¿Reconoce usted a Ayah, una musulmana danesa de 37 años? ¿Y cómo saben estos tíos tan listos de El País y El Confidencial que se trata de Ayah y no del delantero centro de la selección danesa del fútbol o de Ana Rosa Quintana o Susanna Griso, la que se inventa los reportajes? ¿Se han vuelto locos?

Siempre dispuestos a servir a nuestros lectores, hemos hecho una llamada imaginaria a Copenhague:

  • ¿Es usted de Copenhague?
  • Ja (sí, en danés)
  • ¿Podría decirnos si conoce usted a Ayah, una musulmana de 37 años, que ha sido vista con dos bañistas en Karlstrup?
  • Ja.
  • ¿Ja o Ayah?
  • Ja.
  • Y ¿cómo la conoce?
  • Muy sencillo. Ayah es la única en todo Copenhague que lleva velo integral.
  • ¿Burka?
  • Ja.
  • ¿Y tiene 37 años?
  • Ja.
  • Oiga, ¿no será usted el corresponsal de El País?
  • Ja.

Plenamente confirmado, pues. Está clarísimo. Miren queridos lectores con más detenimiento la foto: es notorio que tiene 37 años, ni uno más ni uno menos. Hasta ahora pensábamos que el burka –estos exprogres chicos de Soros son muy gramáticos y ahora le llaman ‘velo integral’, que suena más chic– era una prenda para no reconocer a la mujer, pero estos de El País y El Confidencial son unos linces o tienen poderes o usan visores nocturnos.

Esta suponemos que es Anna Bella, y de lo que no hay ninguna duda es que es peruana, inca de Cuzco.

El reportaje gráfico es amplio y parece un pase de modelos o de fantasmas. Pero vamos a fijarnos en otra. Es Anna-Bella, una peruana que se convirtió al islam, y que la está pintando en un espigón, como un pasmarote, mientras la miran -¡qué casualidad!- dos bañistas, que pueden ser los de antes, que siempre están de espaldas. No me negarán, queridos e ilustrados lectores, que tiene todos los rasgos de una peruana. Fíjense mejor y no les quedará ninguna duda de que es una inca. Por los rasgos, seguramente de Cuzco.

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Tanto Ayah como Anna-Bella, como las otras del reportaje que no van a ver ustedes, pero que reconocerían enseguida, como Aisa, Amina, Sarah y Sabina, pertenecen, según los chicos listos de El País y El Confidencial, a una asociación que se llama “Mujeres para el diálogo”. Toma del frasco, Carrasco. Resulta difícil imaginar una prenda menos propicia para cualquier tipo de diálogo que el burka –o ‘velo integral’ para la beatería progresista-. Nuestra genial Ágatha Ruiz de la Prada se calzó un burka, que le habían enviado desde Afganistán, cuando fue a firmar el divorcio con Pedro J para no dialogar nada; para que ni siquiera la viera.

Ofrecemos otro testimonio gráfico, de Kabul, Afganistán, en la que tres mujeres con ‘velo integral’ son llevadas amablemente encadenadas para que no osen hablar con nadie a riesgo de recibir una paliza coránica. Es muy recomendable la lectura de “Las golondrinas de Kabul”, de Yasmina Khadra, en Alianza Editorial, que novela el drama de las mujeres obligadas a ponerse el burka bajo el régimen talibán y las ejecuciones los viernes tras la oración por la mínima desobediencia a la obligación de llevar el ‘velo integral’. Venga que Ayah por hablar sola con dos bañistas en Kabul, Teherán, Riad, etcétera, la pegan una paliza que la dejan baldada, si no la lapidan por adúltera o su familia la rocía de ácido. ¡Es que, leches, hay manipulaciones que estomagan, que uno no sabe si reír o llorar!

Vamos terminando. Vean ustedes hasta qué niveles de estupidez y grosería llega la manipulación en estos tiempos. Han comprobado como o bien los de El País y El Confidencial se han vuelto tontos o toman a sus lectores por perfectos idiotas con unas tragaderas superiores al cráter del Vesubio.

Este desquicie suicida cambiará cuando la audiencia de Rambla Libre sea muy superior a la de El País y El Confidencial. Con su ayuda, querido lector, vamos camino de ello. Difundiendo esta noticia, ya queda menos.