Roberto Centeno. Catedrático de Economía.
Tal y como hemos venido explicando el grupo de profesores y economistas independientes (1), porque los hechos como decía Lenin “tienen la cabeza muy dura”, el crecimiento de nuestra economía se está desacelerando desde principio de año, y nada que ver con las proyecciones de ciencia ficción de los PGE 2018, pero lo grave del asunto es que lo que acabamos de ver ahora no es un accidente temporal sino un punto de inflexión, de forma que a partir de ahora se inicia un descenso cuyo final será el mismo que Grecia en cuanto el BCE deje de comprar deuda y comience a subir tipos de interés.
Para entender la cifra que acaba de publicar el INE, lo primero es explicar que en contra de lo que dan a entender la totalidad de medios, que hacen referencia a que el crecimiento de la economía en los últimos doce meses creció en un 2,7% no refleja para nada la realidad, porque la economía aquí y ahora está creciendo a una tasa del 0,6×4=2,4 %, ya que como decía Alan Greespan “no se puede conducir un coche mirando por el espejo retrovisor”, es decir, el crecimiento de los últimos doce meses es el pasado, y el último dato de crecimiento trimestral elevado a tasa a nual es el presente . Hoy estamos creciendo ya al 2,4% y bajando.
Lo siguiente son los factores responsables de esta caída, el más importante de los cuales es el descenso del consumo privado que representa los dos tercios del PIB, y que ha pasado de crecer al 0,7 % a principios de este año al 0,2% hoy, un auténtico desplome del factor clave del crecimiento. La subida de los precios del petróleo y la inflación han reducido la renta disponible de las familias y llevado a su mínimo histórico el ahorro de las mismas, y esto irá a peor en los próximos meses, y en cuanto el botarate guerra civilista de Sánchez suba los impuestos que ha anunciado, y de los que 22.000 millones de euros recaerán directa o indirectamente sobre las familias, el crecimiento del consumo privado se detendrá y entrarán en terreno negativo los dos tercios del crecimiento del PIB.
Lo segundo ha sido el hundimiento de las exportaciones y del turismo cuyo crecimiento es el más bajo de los últimos diez años, y para arreglarlo los empresarios están retrasando sus decisiones de inversión ante el manifiesto desgobierno de Sánchez y sus secuaces del nuevo Frente Popular, aunque este último no está aún reflejado en el 0,6%, pero los veremos aparecer con fuerza en lo próximos trimestres igual que el efecto sobre el consumo de las familias de la brutal subida de impuestos que se avecina. Otro efecto colateral que acelerara el frenazo del crecimiento es la caída de la productividad. Mientras que el empleo crece al 0,8% en el trimestre el PIB crece al 0,6%, una economía cada vez mas tercermundista de enchufados públicos, especuladores y “camareros”, de hecho en el trimestre solo el gasto (despilfarro) público ha aumentado pasando de crecer al 0,5% al 0,7%.
Pero lo más grave de esta cifra, y como explicaba al principio, es que marca un punto de inflexión en el crecimiento, ya que a partir de ahora los hechos que han producido este frenazo se agudizarán y se acelerarán. El petróleo llegará a 90$ en el otoño, y restará varios miles de millones de poder de compra a las familias, la inflación subirá por encima de 2,5% , el gasto público entrará en una espiral electoralista incontrolada, y para arreglarlo el irresponsable guerracivilista de Sánchez acaba de dar cobertura sanitaria a 820.000 sin papeles con un costo estimado de 2.000 millones de euros, un disparate que no ocurre en ningún lugar del planeta. La avalancha de inmigrantes ilegales nos está costando ya millones de euros y si el efecto llamada del irresponsable de Sánchez, que ni siquiera se ha molestado en visitar a los guardias civiles heridos por los asaltantes en Ceuta, y por el contrario ha dicho que estos delincuentes que serían encarcelados y expulsados en cualquier otro país deben “ser tratados con respeto”, se concreta en la invasión de los 100.000 subsaharianos esperando en Marruecos como me decían el sábado pasado dos altos mando de inteligencia norteamericanos en la base de Rota, el desastre será inimaginable.
Mientras tanto, si los Presupuestos de Rajoy para 2018 y siguientes eran pura ciencia ficción como hemos venido denunciando por activa y por pasiva en todos los medios a nuestro alcance, los corregidos por la Ministra de Economía en materia de déficit y endeudamiento son también pura fantasía, pensar que este año vamos a bajar del 3 % con la orgía de gasto electoralista y los chantajes pagados a los separatistas vascos y catalanes, es un imposible metafísico y que en 2019 el déficit sea del 1,8 % en lugar del 1,3% del cobarde y felón de Rajoy es simplemente delirante. Pero el tema grave llegará a principios del próximo año cuando el BCE haya dejado de comprar deuda y tengamos que obtener en los mercados 230/240.000 millones de euros anuales para refinanciar vencimientos y deuda nueva. El aplazamiento primero y la suspensión después de pagos será inevitable, solo que siendo nuestra economía seis veces mayor que la griega, el rescate supera ampliamente las posibilidades de la Eurozona.
Les recuerdo brevemente lo sucedido en Grecia, porque es la orientación de lo que va a pasar aquí. ocurrido en Grecia. Alexis Tsipras, como Podemos, prometió a pensionistas, funcionarios y trabajadores mejorar su situación, y el ingenuo pueblo griego se lo creyó. Están pagando muy caro su estupidez. Las pensiones se han visto reducidas 13 veces, hasta un 40%; 1,5 millones de pensionistas cobran menos de 500 euros al mes en 12 pagas; despidos masivos de empleados públicos y reducciones salariales entre el 30 y el 42%, un profesor cobra 670 euros mes, un juez que cobraba 5.000 euros hoy cobra 2.900, y a quienes tenían sueldos superiores a 2.500 les quitaron dos de las 14 pagas, les obligan a pagar una ‘contribución solidaria’, del 10% (en pensiones a partir de 1.400 euros) y les aumentaron sus impuestos.
Es ahí hacia donde nos llevan Sánchez y sus secuaces del nuevo Frente Popular. Nunca infravaloren los desastres económicos y políticos del sectarismo político, de la incompetencia y de la mentira, en los que España es maillot amarillo de Europa.