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Matteo Salvini quiere poner la Cruz en los edificios públicos y los curas rabian

Redacción




Virginia Montes.

Se trata de una iniciativa legislativa que seguramente le hubiera encantado a San Juan Pablo II, que tanto luchó porque la fallida Constitución europea reconociera las raíces cristianas de Europa, y que pugnaba por la presencia pública de la religión. Matteo Salvini quiere poner la Cruz en todos los edificios públicos, por Ley, en las escuelas, universidades públicas, hospitales, cárceles, estaciones, aeropuertos, sedes diplomáticas… «en un lugar elevado y bien visible».

La propuesta de ley contempla multas de hasta 1.000 euros para aquellas personas o instituciones que retiren «el emblema de la Cruz o del Crucifijo del edificio público en el cual esté expuesto«.

La propuesta sigue la estela de la exitosa iniciativa de Baviera, ampliamente respaldada por la población. De manera chocante, pero no sorprendente, pues en Baviera la única oposición enloquecida fue la de la jerarquía católica, en Italia han sido los jesuitas, en otros tiempos un aval de doctrina segura y en las últimas décadas un pozo de confusión, los que han arremetido contra Salvini. «La cruz es una señal de protesta contra el pecado, la violencia, la injusticia y la muerte. No es nunca una señal de identidad», denunció Antonio Spadaro, director de Civiltà Cattolica, la histórica revista fundada por la Compañía de Jesús, referente de las publicaciones católicas en Italia. La reflexión es una soberana estupidez: la Cruz es la seña de identidad de los cristianos, obviamente.

También la revista Familia Cristiana ha arremetido contra la política migratoria del ministro del Interior. «Vade retro Salvini«, resume la revista. «La comparación con Satanás me parece de pésimo gusto. No pretendo dar lecciones a nadie, soy el último de los buenos cristianos pero no creo merecer tanto» , ha dicho Salvini.

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La religión ha estado siempre presente en la Liga y Salvini no ha evitado mostrar símbolos cristianos durante eventos públicos. Primero fue la Biblia durante el último acto de campaña en la plaza del Duomo de Milán. Y más recientemente el líder de la Liga juró su cargo como ministro del nuevo Gobierno con el rosario en la mano.