AYÚDANOS A COMBATIR LA CENSURA: Clicka aquí para seguirnos en X (antes Twitter)

FIRMA AHORA: El manifiesto contra el genocidio de los niños


Toda la verdad sobre los Torres: De los caramelos Damel a la corrupción socialista

Redacción




Josep Sansano.

De “familia adinerada de Elche” antigua propietaria de la fábrica de caramelos y golosinas Damel (contradicción de Dama de Elche), así se ha presentado a la esposa del nuevo presidente del PP, Pablo Casado, pero eso es sólo parte de la verdad.

La historia de Damel tiene fuertes elementos de superación y creatividad empresariales pero el paso a la actual generación ha venido marcado por la decadencia y la participación en aventuras mediáticas y dudosos pelotazos urbanísticos de la mano y en comandita con el PSOE.

Desde el siglo XIX, la familia Torres tenía una confitería en la calle Corredora, la vía central de la ciudad, que aún mantiene su prestancia a pesar de los embates de los diferentes equipos municipales y de groseros procesos de corrupción tanto del PSOE como del PP.

En los años veinte, la tercera generación monta una incipiente industria comprando maquinaria en Cataluña y siendo asesorada por confiteros catalanes. En el piso superior de la confitería, Luis Torres Castaño fabrica caramelos que son vendidos por kilos por toda España por representantes y vendedores ambulantes. Los prolegómenos de la guerra civil plantean el problema de la escasez de azúcar: la solución fue fabricar caramelos con glucosa perfumados con esencia de naranja, limón o fresa, con los que capearon el temporal.

La siguiente generación es la que lanzará Damel al nivel de una gran empresa, que llegó a contar con 1.200 trabajadores. Es la obra de los hermanos Luis, José y Vicente Torres Fenoll. Toda una generación de españoles crecerá con los chicles Cheiw, los Palotes, los comestibles Snipe, los caramelos Pectol. Damel usa muy convenientemente las posibilidades que ofrece la publicidad en la televisión de blanco y negro.

NO TE LO PIERDAS:   Robert F. Kennedy demanda a la Administración Biden por imponer la censura en redes sociales

El paso a la siguiente generación va a resultar negativa para la empresa. En los años ochenta entra en crisis y en concurso de acreedores, y tras sanearse, vuelve a tener recaída a principios de los noventa. En 1990 se vende a la empresa sueca Procordia, que traslada la fábrica a Crevillente con lo que se pierde toda relación con Elche, y ésta a su vez se la vende a Leaf Iberia, con capital finlandés. La venta de Damel se hace por un cifra multimillonaria que nunca se ha hecho pública.

Esta generación va a reorganizarse hacia la lógica del momento: los pelotazos del sector inmobiliario de la mano del partido socialista. Luis Torres Candela, padre de Isabel Torres, ha llevado una vida empresarial errática, concatenando cierres de empresas. Aparece como liquidador de Micromosaico y de Inmokursal, pero también en el cierre de Arrendel y Saistaube.

El PSOE ilicitano tiene un grave problema de corrupción y los Torres van a acudir en su ayuda. Es el llamado caso Cosistel. Los socialistas quieren controlar mediáticamente su feudo ilicitano con una televisión, TeleElx, y un proyecto de cableado de la ciudad para lo que se estructuran como empresa de economía social y reciben una subvención de 180.000 euros. Toda la documentación presentada es falsa. Los trabajadores no existen. El gerente despedido empiezo a filtrar información. De fondo, hay toda una estructura corrupta en torno a la economía social que controla Miguel Millana y que afecta a toda la UGT con su fundación Fundescoop. Los accionistas encubiertos de Teleelx son conspicuos socialistas: Diego Macià, Martín Sevilla, Pepe Andreu y Antonio Torres, ahora alto cargo con Ximo Puig. Todo está a punto de estallar cuando acude en auxilio del partido socialista Luis Torres, tío de la esposa de Pablo Casado, quien compra la televisión y echa, a golpe de chequera, tierra sobre todo el asunto. El río de tinta se para en seco. A cambio, Luis Torres va a ser primado con suculentos pelotazos urbanísticos.

NO TE LO PIERDAS:   ¡Larga vida al presidente Trump!