Enrique de Diego.
Eres un personaje deleznable y detestable, Federico, una rata de cloaca. No tienes otra lealtad que a ti mismo y al trinque, porque tú eres la lista de Bárcenas, cuando fuiste como un mafiosete de cuarta a trincar de la caja B del partido y te dieron 400.000 euros y a la segunda ampliación de capitales, sin corrupción, no ha acudido nadie.
A las primeras de cambio, ya estás traicionando a Albert Rivera, el charlatán de feria que se creyó que tú y el del corpiño rojo y la lluvia de oro (otra forma de llamar al pis de Exuperancia) le ibais a ser leales cuando le habéis estrellado en vuestra necesidad de asaltar el Presupuesto. Te hizo caso, mala la hora, y puso a tu Cristina Losada de candidata a la Xunta de Galicia para que hiciera el más pavoroso ridículo, pero mostrando la relación incestuosa de tu chiringuito con Ciudadanos, Juan Carlos Girauta de por medio, que ese ha estado en el PSOE, en el PP para recalar en Ciudadanos, todo un ejemplo de firmeza en las convicciones. Debería mirar Albert a Eduardo Zaplana, al que ahora habéis dejado en la estacada, trapalaceros, y lo mismo debería hacer Pablo Casado, el mañaco que va para juguete roto.
Vaya fiasco de entrevista. Tanto bombo y platillo, tanta alharaca, tanto parchear y tanto pito desde Libertad Digital, corrupción total, para luego entrar por teléfono, legañoso, con una audición de pena, sin mostrarte el respeto, enano saltarín, de acudir al estudio a rendirte pleitesía. Y eso que tú te has apuntado el tanto como si Casado fuera Colón descubriendo América. El 28 de junio, “comenzó todo”. Bueno, cuando comenzó todo fue cuando este presunto delincuente sin estudios le colocaron de asesor parlamentario y de ahí para arriba como diputado cunero y portavoz de la corrupción.
¡Qué chorradas tienes que inventarte en esta etapa cenital y ultraservil! Dicen tus pelotas que ha sido “una de las mejores campañas políticas de los últimos años”. ¡Qué risa, tía Felisa! Te refieres a una campañita de aparato, para burócratas de detritus, con un cuerpo electoral de algo más de sesenta mil que pagan las cuotas y con un sistema trucado y más falso que los títulos y los másters del efebo de Esperanza Aguirre. Esto no han sido unas primarias, ha sido una mierda pinchada en un palo, con pactos corruptos con Cospedal, en medio de animadversiones y despechos personales. Y encima dices que ha sido en un “entorno mediático hostil”, cuando todo el mundo ha hecho carreras para dorarle la píldora al mañaco que va a durar menos que un merengue a la puerta de un colegio, si Carmen Rodríguez Medel es una juez y no una amigacha de la esposa del comisionista Ignacio López del Hierro.
Bien, pues Pablo Casado ha pagado un peaje baratito, ha mostrado que te respeta lo justito, que tú tienes tu holding al borde de la quiebra y la lengua ya demasiado gastada de lamer culos, estás de rebajas y de baratillo y no has sido tú quien ha ganado, Federico, borrico orejón, sino sucias operaciones de aparato, para colocarse en unas listas donde no van a caber todos.
Estás acabado, Federico. Lo tuyo ya no es ni el canto del cisne, sino la carrera histérica de la gallina descabezada. Y dile a Pedro J, el extartaja, que no hable tanto, que mata a las ovejas de aburrimiento, que como no le quieren en ningún lado coge el micrófono y no lo suelta. Pero a este estafador, porque es un estafador de la peor especie, ya le ajustará las cuentas mañana.
Conviene que la gente se aclare que Pablo Casado es más de lo mismo, prometer hasta meter y si te he visto no me acuerdo. Bellas palabras de campaña, vuelta a los principios mil veces traicionados, para luego no hacer nada. Así que dice que “tenemos que luchar por la sociedad abierta y defenderla frente a sus enemigos”, el lenguaje y la consigna de George Soros, Popper para descerebrados, liberalismo apátrida, porque un liberal no puede ser patriota –lo explicaré en próximos días- y el liberalismo sólo lleva a la destrucción de las Patrias y las sociedades, en aras de un mercado global. El mañaco Casado, presunto delincuente, dice, por teléfono, sin mover el trasero para ir a tu estudio, Federico, que “hay que erradicar algunos populismos que se han instalado en el Sur de Europa”. Es decir, que el enemigo es Matteo Salvini, que es la esperanza de una Europa real que lucha por sobrevivir, y es al que hay que erradicarlo y ni una palabra del Aquarius, ni de convertir a España en un campo de refugiados. La inmigración tema tabú y el enemigo a batir es Salvini. ¿Y cómo lo va a erradicar este mañaco que no tiene media leche, que no tiene redaños? A ese clima de entreguismo liberaloide le llama el mañaco “una oposición fuerte”. Mi idea de la fuerza y de una oposición fuerte es bien distinta.
Más de lo mismo, fiasco completo, una reedición de Albert Rivera, al que ahora os vais a pretender cargaros porque ya no os sirve; otro juguete roto. Es eso del alucinado Aznar de la refundación del centroderecha, que es como volver a Los Brincos o todo lo más a Mecano. Casado es un gatillazo de aparato, un cunero que cobra como si viviera en Ávila cuando habita en Madrid. Un déja vu. No va a haber refundación sino que vais a pretender ir a la refundición. Y encima en este paquete apestoso va Esperanza Aguirre, con tantas ganas de figurar como de venganza.
Salvini es la solución, mal que os pese, liberales a la violeta.
Federico, ríndete, te tenemos rodeado.