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Ángela Merkel, entre la CSU y el SPD

Redacción




Virginia Montes.

El pacto alcanzado entre Ángela Merkel y Horst Seehofer, que es, en buena medida, una cesión en toda regla de la canciller ante la presión de su coaligado, no ha traído la calma a la política alemana. El SPD tiene bastante que decir. De momento, no ha montado una tormenta como los bávaros de la CSU, pero, como ha dejado claro su líder Andrea Nahles, quiere conocer los detalles específicamente de los denominados, con alto nivel de eufemismo, «centros de tránsito«. Los socialdemócratas tienen dos problemas: 1) esos «centros de tránsito» no se contemplan en el acuerdo de gobierno; 2) rechazaron una propuesta similar hace poco tiempo, en 2.015.

El líder de las juventudes, Kevin Kuhnert, quien lideró la oposición a la ‘gran coalición‘, ha mostrado un rechazo completo. Para él, son «campos de internamiento masivo» que bien sean en Alemania o en África son «inhumanos«. Horst Seehofer ha precisado que no son cárceles porque los internados siempre pueden volver libremente a sus países de origen o a la nación europea por la que entraron y pidieron asilo.

Los socialdemócratas han prometido estudiar el acuerdo. No se encuentran en una posición de fuerza, ya que todas las encuestas les siguen dando a la baja, pero perciben esos «campos de tránsito» como una victoria del discurso de Alternativa para Alemania.

A los que tampoco les ha gustado el acuerdo ha sido a los austriacos. Lo que hace Alemania es cerrar sus fronteras y empezar a exportar inmigrantes. El canciller austriaco, Sebastian Kurtz, el vicecanciller, Hans Christian Strache, y el ministro del Interior, Hebert Kickl han emitido un comunicado en el que anuncian que van a reforzar la seguridad de su frontera con Italia, ante la decisión alemana de adoptar «medidas nacionales contra los flujos migratorios«. En Europa sólo queda España como coladero.