Aunque las cifras en el número de refugiados llegados a países como Italia muestran un descenso, desde organizaciones como la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) alertan de que no supone en absoluto que «la situación esté resuelta».
¿Está justificado el alarmismo del nuevo gobierno italiano?
La nueva coalición de gobierno formada por el Movimiento Cinco Estrellas y la Liga Norte ha supuesto un gran cambio en la política tradicional en Italia, un país que, desde la Segunda Guerra Mundial, ha oscilado entre grandes coaliciones de partidos de centroizquierda y centroderecha respectivamente.
El acuerdo suscrito con el Movimiento Cinco Estrellas ha concedido a la Liga Norte la vicepresidencia del país y, entre otras carteras, el ministerio del Interior que ostenta el dirigente liguista Matteo Salvini. Por su parte, el recién nombrado presidente de la república, Giuseppe Conte, ha prometido «cambios radicales» en materia de migración.
El número de solicitantes de asilo y migrantes en Italia ha disminuido en lo que llevamos de 2018 un 85% respecto a las cifras registradas en 2017. Este descenso se ha debido a los acuerdos firmados entre Italia y Libia en materia de inmigración y el incremento de los controles fronterizos. En esta línea, varios dirigentes de la Unión Europea han recalcado que «el problema de los refugiados se está controlando».
ACNUR recuerda que hay 19 conflictos abiertos en África
Sin embargo, el optimismo del que hace gala Bruselas en las últimas semanas no es compartido por todos. Según recuerda Vincent Cochetel, el enviado especial del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, existen este momento 19 conflictos abiertos tan solo en África y que dos de cada tres países del citado continente están afectados por esta situación. «Las personas van a seguir huyendo por buenos motivos como la guerra o las violaciones de los Derechos Humanos y por otras cuestiones como el mal gobierno o la falta de oportunidades económicas», asegura Cochetel.
El enviado especial de ACNUR defiende que la Unión Europea «no puede dejar de implicarse en la resolución de los conflictos abiertos en África». «Es cierto que no es fácil resolver los conflictos» y que, «además de un compromiso político para que haya cambios», es necesario el envío continuado de ayuda humanitaria, el apoyo financiero al desarrollo de estos países, la donación de particulares e, incluso, el envío de personal militar en misiones de paz.
¿Por qué ha descendido el número de refugiados?
En este sentido, Cochetel ha alertado a los dirigentes comunitarios que un descenso de la migración a países como Italia puede deberse a la apertura de «nuevas rutas». Según el enviado especial de ACNUR, la dificultad de abandonar Libia y el endurecimiento de las medidas migratorias en Níger están provocando que los refugiados opten por vías alternativas para llegar a Europa, lo que supone, en la práctica, una redistribución de los flujos pero no de la cantidad de migrantes ni del drama humano, social, cultural y económico que ello supone.
Según los datos manejados por ACNUR, existe «una situación nueva» ya que muchos refugiados procedentes de Libia y otros países del África subsahariana están llegando a Marruecos desde Argelia o Mauritania, ya que no tienen necesidad de visado en diferentes supuestos. En este sentido, Vincent Cochetel incide que «los traficantes de personas se aprovechan de la situación de vulnerabilidad de los migrantes para venderles el sueño europeo».
No podemos cambiar la geografía
Por último, el enviado especial de la citada organización defiende que «no podemos cambiar la geografía así que tenemos que abordar el problema de la migración de otra manera». En opinión de Cochetel, los estados europeos no deben centrarse exclusivamente en el retorno de los refugiados y en reforzar sus fronteras sino también «en destinar fondos que puedan paliar las causas en la raíz de la migración», en «desarrollar la capacidad de los países de primer asilo» en África y en crear «vías de migración graduales y seguras».
Como recuerda Cochetel, ACNUR apuesta por que la Unión Europea incremente su inversión en aquellos estados a los que huyen los refugiados inicialmente en el continente africano con el objetivo de que los migrantes «se queden allí y llegado el momento puedan retornar a sus países de origen».