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Pablo Casado, un cadáver político, frente a Soraya

Redacción




Yrene Callais.

Pablo Casado no tiene entidad ni tan siguiera para formar parte de unas listas municipales. Aparece ahora preso de pánico en las quinielas presidenciales del PP, bajo la atenta mirada de la jueza que investiga sus múltiples mentiras. Este chiquilicuatre no es ni de lejos Macron. El panorama político español echa para atrás y cada día es más mediocre. Da pánico encender la televisión y ver cuantas cabezas vacías se dan cita en la panorama nacional. Cada legislatura es más penosa. En el caso de Pablo Casado salir a traspiés como salvador de la Patria produce hasta hilaridad. Este niñato, emparentado por matrimonio con los Orts del Huerto del Cura de Elche, a cuya clientela de amigos ha prometido ya cargos, prebendas y emolumentos para cuando llegue a presidente o a lo que sea, daría muy bien para recepcionista de los hoteles, puesto que le sugiero después de su batacazo político.

Este viejo prematuro con ademanes melifluos y pijoteros es un modelo periclitado en la política española. Perteneció al aznarismo, al zaplanismo y al esperancismo, que tan mal han acabado. A Pablo le han hecho un curriculum, se lo han regalado todo: licenciaturas, másters. Pablo es fruto de la mentira. Con unos suegros estomagantes que muchas explicaciones debieran dar sobre cosisteles, huertos de morera, facasas y trato privilegiado a la hora de construir los edificios hoteleros y un largo etcétera de corruptelas. Pablo quiere salvar su piel y es como el náufrago que cuando el barco arde se precipita a la mar, sin saber que está lleno de tiburones.

En el caso de Soraya, todo es bien diferente. Soraya es una gran mujer. Soraya se ha hecho a sí misma, se le nota. Es una persona sencilla, cercana y muy trabajadora. De hecho, cuando deja el bolso en el escaño de Rajoy, es un mensaje subliminal que expresa que allí está ella para responder de todo. Una mujer a la que le pesa en las espaldas la responsabilidad y el trabajo bien hecho. Precisamente yo la conoci y me fue presentada por mi gran amigo Federico Trillo en una cena de gala, que tenia lugar en el Hotel Huerto del Cura. Soraya hablaba con todos y lanzó un mensaje desgarrador al hablar de la justicia que asiste siempre a una mujer cuando alza la voz en una plaza pública para defender el pan de sus hijos. Soraya, en aquel momento, era una madre gitana, racial; una mujer llena de coraje y de pasión, tan importantes en la política. Soraya no hablaba de másters ni de tonterías; no hacía postureos, pero tras sus palabras se escondían años de sacrificio y de formación. Sólo una mujer hecha a sí misma, como yo, es capaz de reconocer a otra.

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Que sepas que es para ti un honor que gente de la calaña de Pedro J o de Federico Jiménez Losantos te calumnien y hayan formado de ti una mala imagen, porque son muy mala gente y no soportan el talento. Federico hace años que no tiene una idea propia; se dedica a robar y plagiar el pensamiento político de otros analistas más brillantes que él.

Soraya Saénz de Santamaría tiene la disciplina de ser hija de un militar y la honradez. Es austera a la hora de valorar el dinero y tiene muchos puntos referenciales a la que fuera premier británica Margaret Thatcher. Podria muy bien sacar a España de este letargo existencial en el que deambula.