José Donís Catalá.
Matteo Salvini nació en Milán hace 45 años. Es católico. Está divorciado y tiene dos hijos, niño y niña, de dos mujeres distintas. Repartiendo pizzas y más tarde camarero en una hamburguesería pudo pagarse los estudios de Historia. No terminó la carrera ya que con solo 20 años fue elegido consejero en el Ayuntamiento de Milán. Salvini era por aquel entonces un joven izquierdista cuya lucha se define por el amor a su tierra, la Padania, el Norte de Italia. En 1997 liderando la corriente Comunistas Padanios entra en el parlamento regional, y un año después ya es secretario provincial de la Liga Norte en Milán.
Es una evolución muy común en la Europa de los últimos 30 años. Los feudos intocables del Front National francés coinciden al milímetro con las antiguas zonas de mayoría comunista, la extrema izquierda ha visto caer sus mitos uno tras otro.
En 2004 entró en el Parlamento Europeo con los No Inscritos. Desde entonces forjó una cerrada colaboración con el liberal Geert Wilders, del Partido por la Libertad holandés, y con la nacionalista Marine Le Pen del Frente Nacional francés. Ese fue su momento, cuando se enfrentó a los líderes de la Liga Norte: Umberto Bossi, de extrema izquierda, y el centrista pro euro Flavio Tosi.
En 2015 el centrista Tosi es expulsado de la Liga. En 2017 el izquierdista Umberto Bossi es condenado por ladrón, junto a su hijo que era tesorero de la Liga Norte. Salvini se convierte en el líder indiscutible de la Liga, deja atrás sus coqueteos con el separatismo y transforma la Liga en un partido nacional.
Actualmente Salvini es Vicepresidente del Consejo de Ministros de la República Italiana y Ministro del Interior. ¿Cómo ha conseguido esa meteórica carrera que le ha llevado a ser actor principal en la Unión Europea y el hombre fuerte de Italia?
Respóndanse ustedes mismos. He traducido algunos de sus vídeos en Youtube, les dejo con su explicación en menos de 5 minutos de lo que está ocurriendo con la avalancha de ilegales en Italia. Imaginen, por un momento, que alguien en España se atreviera a decir la verdad a los españoles. Sería un milagro.