José Donís Catalá.
Es viernes 15 de junio de 2018. Desde la madrugada hasta las 21 horas Salvamento Marítimo ha interceptado 62 pateras en aguas del Estrecho de Gibraltar y el Mar de Alborán, un total de 686 personas vivas y 4 muertas. Más que el Aquarius, pero estos no tendrán la suerte de ser recibidos por ministros, presidentes comunitarios, alcaldes y todo el gabinete de propaganda comandado por Ferreras y su reportera Mónica Oltra. Ayer fue igual, mañana será lo mismo.
Andalucía es la región española por donde entran más ilegales, un 66% aproximadamente. De los 27.000 que llegaron en pateras durante 2017, unos 18.000 arribaron a la comunidad andaluza. Como los CIE andaluces están absolutamente saturados, una masa de inmigrantes vaga por las calles sin ningún control y algunos ayuntamientos han tenido que ceder sus polideportivos para, al menos, tenerlos agrupados en algún sitio. Los datos son de Cruz Roja Andalucía.
Otros lugares de España se van sumando a las rutas mafiosas. Por ejemplo, en la tercera semana de noviembre llegaron de golpe 500 argelinos, varones jóvenes, a las costas de Murcia. Como no sabían qué hacer con ellos los metieron en la cárcel sin estrenar de Archidona (Málaga)
Según el último dato del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 1 de enero de este año había en España 4.418.898 extranjeros, hay al menos un millón de ilegales, y solo el 9% de todos los inmigrantes lo son por razones humanitarias.
Para recibir al Aquarius hay un dispositivo de 2.300 personas, casi 4 por inmigrante. Esta semana hubo subasta pública en la Ciudad de la Justicia de Valencia, se pidieron voluntarios para ocuparse como letrados de extranjería y se presentaron en masa. Es lo que tiene la tele. Inmediatamente empezarán a tramitarse alojamientos gratuitos, sanidad, colegios, becas comedor, la Renta Valenciana de Inclusión (unos 500 eu. Por barba), ayudas al alquiler, y cuando pasen los focos y al gobierno escaparate deje de interesarle el tema, el dinosaurio seguirá ahí. La pregunta es: ¿dónde está el límite?