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Carta abierta a Pedro J Ramírez: Eres el mayor gafe de España y un doble agente

Redacción




Enrique de Diego.

Ya sé que los gafes, faltaría, Pedro, no existen, pero sí los incompetentes egoístas que consumen energía de los demás y los llevan al desastre. ¡Cuánta razón tenía Ágatha Ruiz de la Prada, ahora recién venida de ver al Papa, al decir que no tienes ni un amigo (uno, Javier Gómez de Liaño) y que las personas que conoció por ti están en la cárcel! El que te hayas hecho ver, con la idealista Cruz Sánchez de Lara (nacida Sánchez, a secas), en la toma de posesión de Margarita Robles como ministra de Defensa es un buen presagio para España y muy malo para Margarita la tornera, quien tiene que dar muchas explicaciones de cuál fue su papel en el robo de la hija de Clara Reinoso. Podías por una vez en tu vida haber hecho de periodista.

Mata Hari y James Bond, con Margarita la tornera.

¡Vaya racha que llevas, gafe! ¿Tú te dedicas al periodismo o a la corrupción, Pedro? De verdad, plantéatelo, porque si toda la gente de que te rodeas acaban en la trena o es que eres un chorizo o eres un cegato. Al último que tu mal fario se ha llevado por delante es a Eduardo Zaplana, preso preventivo en Picassent, con una leucemia tras un trasplante de médula, algunos dicen fracasado. Te recuerdo que durante muchos años, además de otras reuniones y llamadas diarias, te reunías a cenar con él todos los domingos en un reservado del restaurante Jai Alai, donde establecíais estrategias conjuntas y preguntas parlamentarias durante todo el tiempo de tu delirio fabulador de la conspiranoia del 11-M. Que eres tan mentiroso Pedro J, que, desde hace tiempo, no eres capaz de distinguir entre la verdad y la mentira. Con Zaplana, urdiste el desembarco del zaplanismo derrotado en Ciudadanos.

Eduardo Zaplana, llevado a comparecer ante la juez. /Foto: elpais.com.

Pues antes de que el gallo haya cantado en Picassent, tú les has negado tres mil veces, como un canallita, que nunca da la cara por nadie. Lo primero es que si se confirma que Zaplana era un chorizo, qué hacías tú en su compañía sin informar de sus tropelías. ¿Dónde ha quedado el periodismo de investigación o lo tuyo es periodismo macarra de intereses? No es de recibo que informes de Zaplana como si no lo hubieras conocido de nada, ni que hayas tenido el mínimo de decencia de pedir su excarcelación por razones humanitarias. Ni tan siquiera de llamar a Rosa Barceló, que también padece cáncer. No tienes entrañas, piltrafilla. No parece haber humanidad en ti.

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Pedro J Ramirez con Eduardo Zaplana. /Foto: informalia.com.

Vamos con el segundo. Carlos Mattos, tu socio en el digital, que resulta que es otro chorizo de altura acusado de corromper a la Justicia colombiana para mantener la distribución de Hyundai en Colombia. ¿Tampoco sabías nada de las andanzas del personaje? ¿Tampoco la pitonisa Cruz Sánchez de Lara, su abogada, antes de que tuvieras que ponerle a Javier Gomez de Liaño porque ella no sabe? ¿Te dedicas, Pedro J, al periodismo o al tráfico de influencias? ¿Eres un periodista o un consigliere del hampa?

El empresario Carlos Mattos. /Foto: elconfidencial.com.

Las mordidas de Mattos son magnánimas: 2.000 millones de pesos al venal juez Reinaldo Huertas, 120 millones entre los funcionarios del Juzgado. De acuerdo con la Fiscalía, el entramado para lograr que la repartición del proceso llegara al despacho de Huertas fue milimétricanente cronometrado pues para hacerlo tuvieron que bajar durante tres minutos la carga de procesos que tenía el juzgado sexto. Así se garantizó que de esa manera el sistema informático cargara la demanda de Hyundai a ese juzgado. El 29 de febrero del 2016, día en que se radicó el proceso, se hicieron 18 ingresos indebidos al sistema y luego fueron borrados. A Mattos no le salva de la trena Gómez de Liaño, aunque por lo menos lo suyo es mafia pura a lo Corleone. Y tú eres su Frank Sinatra mediático. Es una metáfora.

Eduardo Zaplana y Albert Rivera, en la conferencia en el club siglo XXI. /Foto: epoca1.valenciaplaza.com.

La tercera víctima tuya, Pedro J, en calidad del gafe más grande de España, es ese chico, el tal Albert Rivera, que iba para Macron, que ambos son bancarios, uno de La Caixa y el otro de los Rothschild. A Rivera, que se pasa la vida en la redacción de tu digital y al que manipulas como un pelele, lo has estrellado por tus prisas. A pesar de que no tiene partido y de que tiene más muertos en el armario que José Manuel Villegas, estaba funcionando en las encuestas, cuando le metiste el baile de San Vito para hacerse con la presidencia del Gobierno, ya, y tú a tapar los agujeros negros de la empresa, y lo único que habéis conseguido es que os haya madrugado Pedro Sánchez y Rivera se haya quedado con dos palmos de narices, más quemado que la moto de un hippye y en estos momentos sea un ridículo nacional en desinfle y lo que viene. ¡Lo has hundido, gafe! ¡Lo has calcinado!

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En suma, a Zaplana ahora ni le conoces, Mattos va camino del penal a la que se descuide y Rivera, sonado. Ahora sólo falta que se hunda Margarita Robles. Mas con ella, se puede elaborar una de esas teorías conspiranoicas de las que a ti tanto te gustan. Tu esposa actual es socialista, fue directora jurídica de violencia de género de la Federación de Mujeres Progresistas, núcleo duro del zapaterismo, y tú eres amigo de Margarita Robles, a tu manera, por el interés te quiero Andrés. Así que habéis estado pasando continuamente información sensible a Pedro Sánchez y Margarita de los planes de Albert Rivera, y a éste le habéis ido animando a que subiera la puja y se estrellara, de modo que –Pedro J, junto con Cruz– les habéis hecho el juego sucio a los socialistas, utilizando a Rivera como un pardillo. Es decir, que además de gafe eres un traidor, un doble agente, con tu Mata Hari.

Mal periodista eres, porque muchos de los que te rodean son corruptos y no informas de ellos, sino que les terminas poniendo el abogado.