Yrene Callais.
Esta mañana he recibido el disgusto anual que me tiene reservado esta mierda de Estado de malestar, que no es más que un atraco a mano armada a los ciudadanos. Tengo una casa de campo antigua y señera, que con mucho esfuerzo, he tenido que ir restaurando. Pagaba un IBI más que aceptable y, de repente, qué casualidad que la propiedad rústica, tanto lo construido como el terreno, han bajado estrepitosamente de valor en el mercado. Una casa que valía 600.000 euros, por ejemplo, ahora tiene un minusvalor a la venta del 50%.
Estos parásitos de la asquerosa clase política han decidido que se ha revalorizado, en contra de las reglas del mercado. Así, porque les ha salido de las narices. El resultado es trágico: un papel con una revisión al alza, con montantes de los cuatro últimos años, dando unos sablazos al contribuyente de mil, dos mil, diez mil y con apremio de pago el día 20, como si ya no fuera poco el tener que hacer frente al Impuesto de la Renta.
Con una actitud de desprecio hacia el ciudadano contribuyente tan absoluta, no me explico cómo no estamos todos en la calle, no me explico cómo la gente pide clemencia y pagos fraccionados, no me explico cómo la gente, que está aborregada, paga con la cabeza baja.
Así no se puede seguir y yo propongo que nos unamos todos y que no paguemos. Que les bloqueemos los sistemas informáticos no pagando nadie a esta gentuza. ¿Dónde están los jueces? Ellos también son contribuyentes. ¿Dónde está Pablo Ruz, además de paseándose por las procesiones del Corpus Christi, y demás santos, poniéndole una vela a Dios y otra al demonio? Este señor no me vale. Este maldito PP no me vale. Todos fuera de las listas. Toda esta escoria que no defiende al ciudadano no merece vivir de los demás. No quiero políticos mendaces.
¡Basta ya de atracos! Si ahora cedemos en esto, estaremos muertos, a merced de la inseguridad jurídica de unas hienas que no pararán hasta devorarnos por completo. No podemos seguir perdiendo terreno con que una norma inconstitucional, por ser desfavorable a derechos, se haga retroactiva, a cuatro años, privando a la gente de los pocos ahorros, o endeudando por la mera tenencia de una propiedad. Porque terminarán revisando cada cuatro años, no importándoles si el valor de la propiedad sube o baja. El año pasado fue el impuesto de Montoro, cuando todo el mundo sube que nadie ha incrementado patrimonio sólo los chorizos de los políticos. Si perdemos esta batalla somos ya contribuyentes muertos. Hay que movilizarse antes del plazo del 20 de junio y derribar esta tropelía.