Luis Bru.
Últimamente a Pedro J Ramírez no le sale nada. Por si fueran pocas sus cruces y desgracias, ahora le ha estallado el escándalo del empresario colombiano Carlos Mattos, contra el que la Justicia de su país ha dictado orden de búsqueda y captura internacional. Carlos Mattos es el accionista de referencia del digital de Ramírez -cuyas pérdidas son cada vez más cuantiosas y no se las podrá enjugar Albert Rivera, como esperaba- así que el periodista riojano ha tenido que salir en defensa del prófugo poniéndole como abogados a Javier Gómez de Liaño y María Dolores Márquez -los únicos testigos de la vergonzante boda de Ramírez con la polémica abogada Cruz Sánchez de Lara. Pérdida completa de credibilidad para un digital que se supone que combate la corrupción y se ve metido en este entuerto por uno de sus principales accionistas.
La historia de los graves problemas con la Justicia de Carlos Mattos es muy colombiana. El periodista Daniel Coronell, que ha ido denunciado las andanzas de Mattos, ha ido desvelando como el empresario colombiano corrompió a la Justicia colombiana para que su demanda contra Hyundai, que había decidido retirarle la exclusiva de la venta de sus coches en Colombia, recayera en el Juzgado Sexto Civil del Circuito de Bogotá, del que es titular el juez Reinaldo Huertas.
Trucando mediante funcionarios el sistema aleatorio de reparto, recayó la voluminosa causa en el citado juez el 15 de marzo de 2.106. Reinaldo Huertas con una rapidez encomiable admitió la demanda de inmediato y en sólo dos días le dio para estudiar, atender y tomar la medida cautelar de que los coches Hyundai sólo podían seguir siendo vendidos en Colombia por la firma de Carlos Mattos. Eso fue el 18 de marzo y sólo diez días hábiles después el 6 de abril lo comunicó a las partes pero de una manera muy peculiar, pues en vez de mandar su resolución a la demandada la puso el correo ordinario destinado a «Hyundai, Seúl, Corea«.
El juez Reinaldo Huertas, en lo que Daniel Coronell califica de «un raro ataque de prosperidad«, se compró de inmediato un Mazda 3 pagando en mano 73 millones de pesos, cuando tenía embargado la mitad de su modesto sueldo para pagar deudas acumuladas por 277 millones de pesos.
Carlos Mattos tiene invertidos algo más de 900 millones de euros en el digital de Pedro J Ramírez, y los intereses de esas acciones están representados en el Consejo de Administración por la polémica abogada Cruz Sánchez de Lara, esposa del cenital periodista riojano.