Editorial.
Mariano Rajoy debería dimitir. Nunca lo hará. Tiene demasiado apego al cargo y aún mucho más miedo a terminar encausado. No tiene ningún sentido que Mariano Rajoy haya declarado como testigo, sin ninguna credibilidad, como indica la sentencia, en el juicio sobre la trama Gürtel y no como imputado pues con todos los indicios y evidencias era el señor X, el jefe de la banda.
Como Nerón mientras veía arder Roma a la que él había prendido fuego, Mariano Rajoy se mantiene impertérrito mientras España se debilita y el PP se destruye. Un objetivo prioritario de la política española es desalojar a Mariano Rajoy de La Moncloa. Si ese es el principal objetivo de la moción de censura presentada por Pedro Sánchez bienvenida sea. Eso pasa por fijar un calendario electoral. La postura de Ciudadanos es acertada. Con Rajoy debe plantearse una operación a la murciana que tuvo éxito para desalojar a Pedro Antonio Sánchez y, en cierta medida, a Cristina Cifuentes.
Desde hace tiempo percibimos que el Partido Popular, degenerado en una organización para el delito, ha perdido su mismo instinto de supervivencia, atrapado por la inutilidad compulsiva de Mariano Rajoy. Éste es, en primer lugar, un problema para el PP que el PP debería resolver cuanto antes. Desde hace tiempo hemos señalado que la solución para el PP pasa por Alberto Núñez Feijoo, el único al que queda credibilidad para afrontar una renovación. A Feijoo se le mantiene aislado desde Moncloa. El desalojo de un auténtico cadáver político pasa por un Congreso extraordinario. Las ambiciones de Soraya Saénz de Santamaría han de ser despreciadas como la emanación de una mente alucinada.
España está antes y por encima de Rajoy, algo que éste es ya incapaz de comprender, y en ese sentido sería conveniente un pacto coyuntural, tasado en el tiempo de PSOE, Ciudadanos y Podemos con una fecha electoral concreta. No se debe pactar, en ningún caso, con los sediciosos, y estamos seguros de que eso no lo permitirían los diputados socialistas, empezando por los andaluces, pero el desalojo de Rajoy es de absoluto prioridad.