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William Holden en su centenario: La colina del adiós

Redacción




Fernando Alonso Barahona. Crítico de cine.

William Franklin Beedl  O’Fallon, William Holden (17 abril 1918 – Santa Mónica, 16 noviembre  1981) fue una de las grandes estrellas del cine clásico norteamerican . Miembro de una familia acomodada, todo parecía indicar que seguiría la tradición familiar y se convertiría en químico; sin embargo, pronto quedó claro que prefería dedicarse al mundo de la interpretación. Empezó en la radio y de allí pasó al teatro, hasta que el cine llamó a su puerta. Y con el cine, el estrellato y un puñado de películas míticas: El crepúsculo de los dioses, Traidor en el infierno, Sabrina y Fedora ( todas de Billy Wilder),  El puente sobre el Rio Kwai ( David Lean ), Grupo Salvaje (Sam Peckinpah) y La colina del adiós (Henry King).

 En sus años de madurez, Holden tuvo la oportunidad de brillar a las ordenes de Clint Eastwood (Primavera en otoño) y el mencionado Wilder en la fascinante Fedora, pero sus problemas con el alcohol aceleraron su deterioro físico y a última hora provocaron su accidente. El 16 de noviembre de 1981, a los 63 años, el cuerpo del actor fue descubierto desangrado, en medio de un gran charco de sangre y en avanzado estado de descomposición. Desde los primeros momentos, la policía aseguró que se había tratado de una muerte natural, pero las extrañas circunstancias que rodearon el descubrimiento del cadáver dieron pábulo a la aparición de toda suerte de rumores.

Según los médicos forenses, William Holden, que había ingerido una importante cantidad de alcohol, tropezó en una gruesa alfombra y dio con la cabeza en una mesilla de noche. El actor intentó enjugarse la sangre que brotaba de su herida sin advertir su gravedad, pero perdió el conocimiento al cabo de unos diez minutos y murió desangrado.

En abril 2018 se cumplen cien años de su nacimiento, una buena oportunidad para recordar su brillante carrera en el Séptimo Arte. En 1940 protagonizó el drama Sinfonia de la vida (Sam Wood).

Holden recibió su primera nominación al Oscar en 1950 gracias a su papel en la inolvidable El crepúsculo de los dioses. Poco después fue premiado por la Academia por su interpretacion en Traidor en el infierno, película bélica dirigida por Billy Wilder. Repitió con Wilder en Sabrina  ( 1954 ), comedia donde completaba un triángulo amoroso junto a Audrey Hepburn y Humphrey Bogart.

Le vimos en La angustia de vivir, 1954 de George Seaton, al lado de Grace Kelly  y en el mismo año el drama de Robert Wise: La torre de los ambiciosos.  

Fue mítico su sensual baile con Kim Novak en Pic Nic 1956 de Joshua Logan y en 1957 intervino junto a Alec Guinness y Jack Hawkins en El  puente sobre el Rio Kwai , de David Lean, otra historia inmortal.

En los años sesenta  protagonizó el renovador western Grupo salvaje de Sam Peckinpah y en los setenta alternó películas de catástrofes como El coloso en llamas ( John Guillermin )  o la dramática Netwok ( 1976 ) sobre el mundo de la TV.  En 1981 Blake Edwards le ofreció la sardónica SOB al lado de Julie Andrews, si bien la mejor de sus últimas obras fue sin duda Fedora una desencantada vuelta de tuerca sobre el universo de El crepúsculo de los dioses.

William Holden estuvo 30 años casado con la actriz Brenda Marshall hasta su divorcio en 1971. Tuvieron dos hijos y él adoptó a la hija de su esposa, fruto de un anterior matrimonio.

Amante de los animales, hombre vitalista, sin embargo no pudo envejecer y su salud poco a poco se iba deteriorando a ojos vista. Su adiós dramático no podrá hacer olvidar el esplendor de su estrella. O el recuerdo de una de las obras maestras en las que intervino: La colina del adiós filmada por Henry King en 1955. Y que es una de las más bellas historias de amor jamás llevadas al cine. Y una de las grandes obra maestras de la historia  del cine.

https://www.youtube.com/watch?v=m0KI2k66GEA

 A través de unas imágenes de gran belleza plástica,  y con la presencia constante de la maravillosa melodía Love is a many splendoured thing, ( Alfred Newman, Sammy Fan)  la película logra emocionar y penetrar en lo más profundo del corazón. Henry  King logra integrar su descripción de los dos mundos que asaltan en peligrosa dualidad a la mujer (maravillosa Jennifer Jones)  con la historia de amor que va acariciando sus corazones y transformando sus vidas.

Y cuando una mariposa se posaba sobre un hombro, era presagio de buena suerte.  La mariposa nunca se quedaba con ellos pero siempre tuvieron su colina. En ella estaba el paraíso de los dos y él siempre estaría arriba de esa colina dándole a ella la mano para ayudarla a subirla.

«-Has cerrado con llave la puerta, por qué?.
-Había dejado el mundo fuera».

 Estas bellas palabras resumen el tono romántico, íntimo y fascinador de La colina del adios. Un amor difícil por la diferencia de origen de la doctora y el periodista y por el matrimonio de él que ha de anularse a causa de la enfermedad mental de la esposa. Pero un amor que prende anudado por el sentimiento, la belleza y la esperanza.

Las escenas finales, las cartas del amado a la mujer, su cita eterna en la colina donde el amor demostró que podría ser algo maravilloso, y el último viaje de ella para despedir en la colina el amor perdido son absolutamente antológicas y no pueden contemplarse sin sentir un nudo en la garganta .

La película se estrenó en 1955 obteniendo un éxito espectacular amén de varias nominaciones al Óscar, entre ellas a la mejor película y la mejor actriz (Jennifer Jones ). Solo obtuvo sin embargo las correspondientes a canción y banda sonora. La melodía se convirtió en mítica y encabezó durante años la lista de canciones más escuchadas y queridas. Hoy sigue siendo un símbolo.

 Y el mejor  recuerdo para William Holden.

 

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