Josep Sansano.
Se trata de una operación planificada, que lleva años perpetrándose, pero lo cierto es que el Ayuntamiento de Elche, tanto con los equipos de Gobierno del PSOE como con el anterior del PP, han decidido matar el Centro de la ciudad, dejando a ésta sin identidad. Se está, además, directamente atentando contra el pequeño comercio llevándole a la asfixia. Es una operación en la que por todas partes surge el hedor de la corrupción irrestricta.
Empezó el PSOE, en la etapa de Diego Maciá, cuando puso en marcha el Centro Comercial El Aljub, una iniciativa del tambaleante Grupo Eroski, próximo al mundo proetarra, con sede en Mondragón, apostando por una ciudad sin referencias y obteniendo de ello pingües beneficios.
Siguió la pepera Mercedes Alonso quien cerró el Mercado Municipal, trasladándolo a un lugar provisional, que no ha tenido la respuesta esperada, pero de donde se sacaron también pingües beneficios.
Ahora el tripartido gobernante, con el alcalde socialista Carlos González, quiere convertir en peatonal la Corredora, la arteria fundamental de la ciudad, por donde hasta ahora transcurría la vida social y comercial de la ciudad de las palmeras. Es notorio que se trata de dar un golpe de muerte al comercio que siempre ha sido referencia.
Tanto los comerciantes del Centro como los vecinos de las calles hacia las que se pretende trasladar el tráfico, como los residentes en las calles Ángel y Alfonso XII, han constituido asociaciones para dar la batalla contra unos planes políticos que se pretenden poner en marcha después del verano. En los balcones han empezado a aparecer pancartas contra los atascos, el tráfico excesivo y la polución.
Matar el Centro es matar Elche como ciudad histórica.