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Antonia Carrasco: La que confunde a Confucio con Harry el Sucio

Redacción




Enrique de Diego.

La Ley Integral contra la Violencia de Género es un auténtico desastre; un rocambolesco intento de genocidio del varón y de extinción de nuestra sociedad. Los frecuentes procesos de ruptura –el divorcio se ha convertido en una lacra social- devienen en una orgía de denuncias falsas e incluso esotéricas de violencia de género. Las sentencias son auténticos culebrones que semejan salidos de teleseries baratas.

Esta es una sociedad que ve teleseries y estas han invadida el mundo de la Justicia degradándole a niveles máximos. Si de fondo no hubiera un enorme sufrimiento sería, en ocasiones, hilarante. El caso de Antonia Carrasco contra Germán Polo ofrece la extraña curiosidad de la dirigente de una Asociación que lucha supuestamente contra las denuncias falsas y los abusos de la Ley Integral de Violencia de Género utilizando a su favor todos los instrumentos de abuso que la Ley ofrece. Es una absoluta incoherencia; implica una absoluta deslegitimación. En ese sentido, su relevancia es máxima pues se refiere a persona pública que de manera pública ha hecho multitud de declaraciones contra la línea seguida después por ella misma.

Los despropósitos se acumulan: como la exigencia a través de los tribunales de una supuesta deuda de 18.000 euros que no se justifica, para la que se aporta un simple folio sin firma. Diferencias y divergencias se dirimen de manera pública a través de las redes sociales. Y todo en un ambiente de culebrón cutre.

No puede por menos que sentirse sonrojo ante lo que se establece en la sentencia judicial del recurso de apelaciones ante la Audiencia Provincial: “Se refleja pues, que si bien es cierto que el acusado tuvo una actitud insistente, para reanudar la relación sentimental, en los meses que se señalan, remitiendo a la denunciante comunicaciones, en términos afectivos (en los que no se contiene amenaza, vejación, o expresión coactiva alguna), tendentes a reanudar la relación, también dicha documentación refleja reconciliaciones, ofrecimientos y oportunidades de la denunciante al acusado para reanudar la relación, propiciando encuentros y conversaciones, lo que impide apreciar en la actuación del acusado, que este utilizara violencia o intimidación para imponer a la denunciante una conducta que ésta no quisiera, sin que como tal, pueda entenderse la repetición de comunicación aportadas, producidas en un marco de comunicaciones recíprocas consentidas”.

Pero lo que resulta llamativo es que Antonia Carrasco, ofuscada y buscando el abuso de la Ley Integral contra la Violencia de Género, adujera como amenaza de muerte una cita de Confucio, que es, en realidad, un alegato pacifista y un claro mensaje disuasorio contra la venganza: “En dicha denuncia, relataba también como detonante de la interposición de la misma, el que el acusado había hecho un comentario en un grupo,si vas a buscar venganza, más vale cavar dos tumbas, porque una será para ti”, que entendía era una amenaza velada, hacia ella, cuando dicho comentario, como señaló el acusado y refrendo la testigo Guadalupe de la Fuente, y consta en la documentación aportada, se puso en el muro de Facebook, de esta testigo, y aquél únicamente quería manifestar, que había utilizado una frase de Confucio, para explicar los problemas que acarrea una venganza, sin alusión, o amenaza alguna contra la denunciante, a quien ni menciona, ni se dirige”.

 

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Pretender convertir al moderado, sensato y conservador pensador chino Confucio en un remedo de Harry el Sucio es un completo despropósito. Confucio (551-479 a. de C.) propugnaba las virtudes de la tolerancia, la bondad, la benevolencia, el amor al prójimo y el respeto a los mayores y antepasados. El abogado José Luis Sariego debió hacer ver a su clienta su grosero error de interpretación. No deja de ser escandaloso que, en primera instancia, este desquicie legal recibiera el apoyo de una sentencia condenatoria. Hubo de ser la Audiencia Provincial de Madrid la que resolviera el desaguisado: “Estimamos el recurso de apelación interpuesto por la representación legal de José Germán Polo de la Torre, contra la sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal nº 34 de Madrid, con fecha 01/09/2015, en el Juicio Rápido nº 327/2015, absolviendo al acusado de los delitos de maltrato y de coacciones en el ámbito de la violencia de género, objeto de acusación”.

Es posible que a Antonia Carrasco le conviniera centrarse en sus trabajos de mediadora de pollos y verduras, abandonando su pretensión de ser mediadora familiar, función para la que se desconoce títulos y preparación. Y aclarar si José Luis Sariego es abogado oficial de GenMad. Y, tras estas aclaraciones, hacer mutis por el foro.

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