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Campeones, persona y capacidad

Redacción




Fernando Alonso Barahona. Crítico de cine.

“Cuando retratas a personas a las que respetas, quieres y admiras, no necesitas ninguna regla para no ofender, porque no puedes ofender a alguien a quien retratas desde el amor y la comprensión». 

JAVIER FESSER

Una de las grandes sorpresas de la cartelera de la temporada y tal vez una de las mejores que podamos ver en el cine español. El argumento describe el tono de la historia: Marco (Javier Gutiérrez) se considera un tipo normal, claro que no es demasiado optimista y además tiene un miedo atroz a crecer de verdad. Es el segundo entrenador de un equipo profesional de baloncesto. Tras estrellar su coche al conducir ebrio, se ve obligado a entrenar a un grupo de chavales con discapacidad intelectual por orden de la juez. A regañadientes comienza lo que para Marco significa un trabajo forzado. Sin embargo, cuanto más tiempo pasa con ellos, más se da cuenta de que estos chicos con discapacidad son felices e independientes más allá de su enfermedad. ¿Quién es entonces el normal?

El riesgo de una película con discapacitados se disuelve enseguida por el talento de la puesta en escena, la extraordinaria presencia de todos los actores y un maravilloso toque humano que se resume en esa frase final de uno de los muchachos: “Tú nos has tratado como personas “. Y es que entre el coraje del triunfo a través de la superación y el deporte ( como en Rocky de John G. Avildsen o en Juntos para vencer, de Aaron Norris) y la comedia ágil de numerosas escenas, la película respira comprensión, humanidad y respeto por la vida humana, por todas las vidas humanas, incluso aunque tengan capacidades diferenciadas (el filósofo Javier Zubiri lo expresó de forma admirable al describir la personeidad como el núcleo de la dignidad humana por encima de la personalidad).


Javier Fesser (Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo, Camino) dirige esta película – la mejor de las suyas hasta el momento – cuyo guión ha escrito además  junto a David Marqués (Dioses y perros). Sus protagonistas son Javier Gutiérrez (El autor, Plan de fuga), Itziar Castro (Pieles), Luisa Gavasa (Incerta glòria) y Daniel Freire (Amar es para siempre). Además, el reparto del filme se completa con los actores debutantes que dan vida a los integrantes del equipo de baloncesto con discapacidad intelectual. Todo un espectáculo el primer encuentro: debe entrenar a un grupo de hombres que apenas saben como botar un balón.

El protagonista, Marco, ese hombre vacío y egoísta  del inicio al que todo parece salirle mal sostiene la película gracias al excelente guión y a la gran interpretación de Javier Gutiérrez. Al principio le vemos agresivo, insolidario, no quiere tener un hijo con su mujer por egoísmo, desprecia el trabajo en equipo, siempre se encuentra con los nervios a flor de piel. Y cuando la juez le condena a trabajos comunitarios tras un accidente de tráfico enviándole a un club deportivo donde debe entrenar a un grupo de discapacitados, no lo entiende. Cree haber tocado fondo cuando lo que va a hacer es iniciar el camino de la regeneración. Marco aprenderá de las personas que le rodean, logrará formar un equipo en el que incluso su mujer se va a integrar. Como en Rocky la victoria final no es lo más importante, sino el haber sido capaz de sacar lo mejor de cada una de las personas a su cargo .

Campeones funciona por su autenticidad, y porque el melodrama se tiñe de humor, de cercanía, de seres humanos de carne y hueso cuyas peripecias vitales nos interesan.  Con este fondo los entrenamientos, el primer partido de baloncesto o el viaje a Canarias para disputar un encuentro explotan en un entusiasmo de vitalidad y ganas de vivir que contagian al espectador.  La secuencia del ascensor, el partido, la hilarante alegría de los jugadores (genial el personaje femenino de Collantes)…toda una explosión de júbilo que encontrará su culminación en la gran final del baloncesto , el campeonato nacional. Ya para entonces Javier Fesser nos ha dado una lección de cómo llevar a buen puerto una historia diferente con unos personajes de los que el espectador inevitablemente se hace amigo. En Campeones se puede reír y llorar sin vergüenza, y esa emoción es la magia fundamental del cine. Sin ella no hay vida.

En su desenlace nos quedará la sensación de contemplar como un grupo de discapacitados mentales –personas- encuentra en el deporte y en el compañerismo un motivo de ilusión.  Y de paso regeneran la existencia de otra persona – normal – que se encontraba en un proceso de caída libre en su vida personal.

 Merece la pena Campeones–  anotemos que el  notable tema musical principal  se debe a Coque Malla – una buena película española que puede conquistar las taquillas como ha hecho  con los corazones.