Luis Bru.
Pedro J Ramírez celebró su cumpleaños en Nueva York con un almuerzo con 40 personas, un auditorio que fuentes solventes califican de “hortera” y de “medio pelo”.
Mientras estaba en estos fastos se produjo la detención de Carles Puigdemont en el norte de Alemania. El periodista está descuidando los trabajos de redacción en un momento crucial y su digital se resiente: no tiene influencia y su audiencia es la acumulación de digitales adquiridos a golpe de talonario.
Poco antes, Pedro J Ramírez y la polémica abogada feminista Cruz Sánchez de Lara –varias de sus clientas han sido acusadas de la presentación de denuncias falsas de violencia de género- le hizo viajar a Oporto. Cruz Sánchez de Lara está imponiendo una vida de lujo y viajes al periodista, que en el pasado no era nada dado a los viajes y dedicada las veinticuatro horas a la redacción.
Es como si hubiera cambiado de vida y de personalidad. Durante su etapa con Ágatha Ruiz de la Prada ésta tenía en propiedad una vivienda en Nueva York, pero en los últimos quince años, Pedro J sólo visitó dos veces la ciudad de los rascacielos.
Ahora no se trata de viajes de trabajo, sino de la imposición de una vida de lujo y viajes por parte de Cruz Sánchez de Lara. A pesar de este publicitado despilfarro –Pedro J ha puesto su twitter al servicio del afán de protagonismo de la polémica abogada socialista-, el periodista llegó a declarar que vive austeramente: viajes a San Petersburgo, Lyon, Oporto, fin de año en Florencia, cumpleaños en Nueva York. ¿En qué sentido usa Pedro J el término austeridad?