Virginia Montes.
Con el 70% escrutado, Viktor Orban, con su partido Fidesz, es el claro ganador de las elecciones húngaras. Orban arrasa -será su tercer mandato- y se va hasta el 48,9% de los votos, en un claro respaldo a sus políticas de defensa de la identidad húngara y contrarias a los dictados de George Soros -contra el que ha centro su campaña- y las imposiciones migratorias de Bruselas. El segundo partido más votado ha sido Jobbit con el 20% de los sufragios.
Con estos datos, el Fidesz no solo logra cuatro puntos porcentuales más que en el año 2014 sino que podría conseguir la mayoría de dos tercios en el Parlamento, con 133 escaños. El Jobbik, por su parte, obtendría 27 escaños, la coalición izquierdista 20, la Coalición Democrática 9, mientras que los ecologistas del LMP tendrían 7.
Los húngaros han valorado la bonanza y la estabilidad de las que goza el país, que tiene un crecimiento del 4,4% del PIB y una situación de pleno empleo: el paro ha pasado del 11,4% al 3,8%, con un «programa público» que incluye trabajos como limpieza de calles o colegios. También está siendo un éxito su programa de «madre a tiempo completo» por el que se pagan 100 euros a cada madre por hijo, y cuando se tienen tres hijos la ayuda es de 450% euros mensuales y 150 de desgravación fiscal, además de acceder a una política de vivienda que incluye la donación por el Estado de 32.000 euros para comprar o adquirir una vivienda, y una hipoteca a bajo interés para otros 32.000 euros. Con 9,7 millones de habitantes Hungría tiene sólo el 1,45% de población extranjera y toda ella proveniente de la UE.