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Hacia la descarbonización de la economía

Redacción




Ricardo García MiraProfesor de Psicología Social y Portavoz del PSOE en la Comisión de Cambio Climático del Congreso

La respuesta del Ministro Nadal la pasada semana a mi pregunta sobre la tramitación de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética no pudo ser más sorprendente. No habrá ley de cambio climático hasta que Europa apruebe su normativa comunitaria sobre reducción de emisiones, transición energética y movilidad sostenible.

Los países de nuestro entorno cuentan ya con leyes integrales de cambio clmático y transición energética y tienen en marcha estrategias legislativas de afrontamiento y mitigación de los impactos más negativos. España, como siempre, tarde, mal y arrastro. Quizá haya que precisar que son los ciudadanos los que asumen las consecuencias, que deben continuar viviendo en espacios más contaminados, con su salud más amenazada y con un aire cada vez menos respirable. La incertidumbre se apodera de las empresas y del sector productivo. En definitiva, el cambio climático tiene que ver con las personas y exige responsabilidad en el seguimiento de las recomendaciones del Paquete de Invierno de la Unión Europea, para elaborar una visión y una estrategia a 2030 y 2050.

El lunes el Gobierno presentará el Informe que ha elaborado la Comisión de Expertos para la reforma energética. Esperemos que contribuya a facilitar el debate político sobre la cuestión. Hay un amplio consenso (11 votos a favor y 3 abstenciones con votos particulares –Podemos, ERC y CC.OO.) en su propuesta de escenarios para la descarbonización de la economía, planteando una modificación de la fiscalidad y una distribución de los costes que supondrá la transición hacia una sociedad menos dependiente del carbono. Se anuncia que habrá subidas sustanciales para el gasóleo y la gasolina y reducciones en la factura de la electricidad, que podría verse repercutida en relación con la asunción desde los PGE de los costes no eléctricos. Los contenidos del informe revelan también un escenario en el que las renovables no superarían el 30 % del total, y una recomendación para una ampliación en 10 años del parque nuclear.

El Pleno del Parlamento Europeo, y con un gallego como ponente, ha fijado el pasado mes de Enero el 35% como objetivo de energías renovables en la UE en 2030, para cumplir con los compromisos del Acuerdo de París. Por su parte, los residuos nucleares continúan siendo un problema para la salud y el medio ambiente aún sin resolver, los reactores nucleares superan la edad de su vida de diseño y plantean un nuevo paradigma de riesgo nuclear con múltiples amenazas que pueden acrecentarse con los fenómenos climatológicos extremos, cuestión ética de primera magnitud que cuestiona cualquier planteamiento de alargamiento de vida.

La aplicación que se le dé al informe deberá contar con el necesario diálogo y consenso para asegurar una transición energética justa hacia la descarbonización de la economía, con preocupación sensible por los consumidores más vulnerables y por los trabajadores y las comarcas afectadas por esa transición. Aún no hemos encontrado ese otro planeta para sobrevivir y a cuya búsqueda nos ha urgido el malogrado Stephen Hawking.