Miguel Sempere.
Isabel López de la Torre, elevada a los altares laicos por la gerontocracia feminista ultrasubvencionada, tiene licencia de tiro y una pistola con la que duerme. Su ex, Juan Carlos, enviaba mensajes a su familia como: «Hoy me ha vuelto a amenazar con la pistola«. También fue agredido por ella y presentó parte de lesiones. Vamos a ver la realidad de este icono de la mujer maltratada.
Isabel, o @ElisaIbrissi, como se hace llamar en Twiter, según ella misma, tiene licencia de armas y es tiradora olímpica con arma de fuego. Una amiga común y testigo la ha visto como duerme con un arma sobre la mesilla de su cama desde hace tiempo, algo que intervención de armas de la Guardia Civil debiera controlar, ya que dicho arma, según el reglamento, debe estar guardada en su caja, y asimismo en una caja fuerte, fuera del alcance del resto de personas, y más, en una casa donde hay menores, algo que al parecer está mujer incumplía de manera reiterada.
La expareja de Isabel vivía y vive atemorizado, temía y teme por su hija, pues Isabel López de la Torre no es la primera, ni la segunda vez, que amenazaba a éste con un arma de fuego, de la que Isabel disponía por ser tiradora olímpica en cierta disciplina. Son aterradores los mensajes que este hombre enviaba a su familia, dos años antes de que Isabel cursara ninguna denuncia de maltrato contra él, diciéndoles éste a sus familiares, “hoy me ha vuelto a amenazar con la pistola”. Imagínense la tragedia que ha vivido este hombre, que encima actualmente está condenado por maltrato psicológico.
Pero estas amenazas no quedan ahí, sino que llegó a usar ese arma para pegar tiros al aire en su urbanización como dijimos anteriormente, según la información referida por el vecindario, para amedrantar a uno de los vecinos.
Simuló un golpe entre vehículos y se dio con la cabeza contra el volante para simular lesiones
Siguiendo en el vecindario, Isabel llegó a simular un golpe entre vehículos, con otro vecino. Lo rocambolesco de esta historia es que Isabel llamó a la Guardia Civil, y mientras ésta llegaba al lugar del presunto golpe, vecinos la vieron como se golpeaba la cabeza contra el volante, para simular lesiones. Al llegar la Guardia Civil, y tras la manifestación de algún testigo, se comprobó, que el vehículo del vecino estaba helado como un témpano, y el de Isabel caliente, por lo que era imposible que el vecino la golpeara, siendo ella la que produjo el accidente, ya que el vecino ni siquiera había arrancado su propio coche. Ésta es la Isabel maltratada defendida por Antonio Camacho y Vicente Estebaranz, ésta es la maltratada con la que se fotografía todo friki, está de moda hacerse fotos con este tipo de personajes, ésta es la imagen de mujer maltratada que nos ofrecen los medios de comunicación.
Volviendo a los hechos que condenaron de manera alarmante, que además poco asegura la presunción de inocencia en un estado de derecho al protagonista de este relato, de la misma manera, se ha tenido ocasión de ver el parte médico del 13 de abril del 2014, de Isabel López (Amy), donde efectivamente ninguna de las lesiones reflejadas en el parte médico manifiestan haber tenido golpes o hematomas, es más, solamente refleja pequeños eritemas y cuyo carácter es LEVE, y en zonas algo sospechosas para referir la agresión que manifestó posteriormente, dándose de alta a Isabel López en el lugar.
Lo más sorprendente, es que las propias manifestaciones escritas de la Drª. del SUMA, que es quien hace la primera asistencia y atiende a Isabel López de la Torre, ésta no refiere ninguna agresión ni en cara ni piernas, y las señales o rojeces que aparecen en el cuello, son a ambos lados del mismo, y no en la parte delantera de la nuez, como ella presenta en fotos de días después en su Blogg.
Las lesiones según el médico forense del juzgado, esta vez, en referencia a la expareja de Isabel, es decir, las que la propia Isabel produjo a su ex, son: “lesiones naso-labiales, retro-auriculares del lado izquierdo, erosiones y escoriaciones en la zona cervical lateral izquierda y en la escotadura yugular”.
Ahora, la demoledora frase que deja el médico forense, de la evaluación de la expareja de Isabel en su valoración: “Refiere que su pareja, durante una discusión, se abalanzó sobre él, y le arañó el cuello, cogiéndole de la pechera de la camiseta, y le abofeteó la cara. La lesiones puede ser compatibles con los hechos referidos”.
¿Pero saben que sucede? Que la Magistrada del Juzgado de lo Penal de Alcalá de Henares no las tiene en cuenta, porque no tuvo una asistencia inmediata, sino 24-36 horas después de la agresión, pues tuvo que ser convencido por amigos y familiares, ya que no era la primera vez que era agredido por Isabel, para que denunciara a ésta y fuese al hospital.
¿Qué hubiera pasado si fuese al contrario, es decir, si fuese Isabel la que hubiera ido al médico 24 o 36 horas después y por tales hechos?, ¿se hubiera acordado la inadmisión del parte médico por la Magistrada de Alcalá de Henares? Seguramente no, pues la Magistrada hubiera sido crucificada por el feminismo terrorista, o por el aquelarre de género, que ahora de igual manera pide la cabeza de la Magistrada de Arganda.