Enrique de Diego.
Las revelaciones que Miguel Sempere está publicando, siempre contrastadas y documentadas, con testigos, grabaciones y documentos gráficos y de texto, sobre la falsa heroína feminista Isabel López de la Torre son de indudable interés y ponen en evidencia la mentira de la trama de asociaciones feministas montadas por el PSOE y el PCE, para su financiación, con la excusa del maltrato. Es una investigación demoledora que va a remover muchas conciencias y dar valor para acabar con la Ley de Violencia de Género.
Es espeluznante considerar, por lo que va contado, que queda mucho más y mucho más grave, que una persona que tiene atemorizado a su vecindario con disparos y tiroteos, que amenaza con su pistola a su ex, que llega a niveles superiores de maltrato psicológico a su propia hija diciéndole que huele a cárcel, que simula accidentes de circulación, que se golpea contra volante, haya salido al primer plano de la actualidad, se pasee por los medios televisivos y diera una rueda de prensa el pasado 12 de febrero, avalada por las prebostes del feminismo subvencionado, con la que pretendía poner a la Administración de Justicia en posición genuflexa. Más, que ya lo está bastante.
Isabel López de la Torre no es una heroína, es una psicópata de género enfangada en un cúmulo de mentiras histéricas. La psicopotalogía de género quizás debería merecer ser tenida como enfermedad, pero tal y como se percibe es el abuso del poder concedido por la Ley de Violencia de Género para hacer daño irrestricto a los demás. Y puesto que el sistema ha concedido total impunidad, la psicópata de género no tiene límites a la hora de mentir, presentar denuncias falsas, con tal de conseguir su objetivo que es meter en la cárcel a su expareja. Sin excluir, y es el paso que Isabel López de la Torre ha dado, amedrentar al Tribunal y maltratar a la juez de turno.
Por todos los datos, la maltratadora, tal y como se entiende en el lenguaje común, es Isabel López de la Torre. Ella es la que veja a su ex tratándole en cualquier reunión de paleto y haciendo valer, con prepotencia, sus estudios superiores. Su ex envía a su familia mensajes del tipo “hoy ha vuelto a amenazarme con la pistola”. Porque Isabel López de la Torre tiene una pistola en casa. Y sale a la urbanización y pega tiros, como si fuera el Oeste. Ella es la que amenaza y agrede a su ex, porque, en cuanto mujer, sabe que a ella no le va a pasar nada, porque el sistema le ha dado carta de naturaleza para actuar como una psicópata de género.
Isabel López de la Torre –atentos a las revelaciones futuras, que son de película de terror- ha dado ese paso más que faltaba, y por eso su caso es decisivo. Isabel ha pasado al “maltrato a los jueces”, que han ido creando el monstruo de la psicopatología de género.
Amigos letrados bienintencionados me dicen que “os va a caer una querella”, porque Isabel es litigante y su actual pareja es abogado. No aceptaríamos, por supuesto, con resignación una coacción a la libertad de expresión de ese calibre, pero tampoco nos importa mucho, pues nuestra función es buscar la verdad y dar cuenta de ella (la función actual del común de medios es mentir), y tengo para mí que a la postre un error de ese calibre de Isabel López de la Torre haría mucho bien a esta sociedad, pues permitiría dar completa difusión a las mentiras histéricas de Isabel y del feminismo que la respalda. Mañana vuelve Miguel Sempere con nuevas y tremendas revelaciones.