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Dos horas de grabación con Manuel Burque en «El Intermedio»

Redacción




Enrique de Diego. /Foto: ramblalibre.com.

Enrique de Diego.

Ayer me trasladé a Madrid, a los estudios de La Sexta, donde había sido invitado para someterme a una entrevista con Manuel Burque, una especie de figurante de El Intermedio, dedicado a ridiculizar a periodistas y políticos del mundo identitario. Según él, se trata de un espacio con humor donde el entrevistado puede expresarse libremente. Fueron dos horas de grabación, de las que se montarán unos pocos minutos. Eso ya en sí una manipulación, pero, por ahora, no tengo peros que poner.

El trato fue correcto. Me ha sorprendido la cutrez de las instalaciones de La Sexta. El estudio donde se hizo la grabación es una auténtica cochambre. El mobiliario bosteza y está obsoleto y deteriorado. Ya no hay maquillaje. Las personas con las que traté han tenido un trato exquisito y, en principio, he quedado contento. Manuel Burque utiliza una técnica para ridiculizarte que es, en ocasiones, quedarte callado entre socarrón y sorprendido por lo que has dicho, que en cámara te deja como si te hubieras quedado sin nada que decir.

Manuel Burque. /Foto: lasexta.com.

Al final, puesto que la entrevista tiene su origen en el impacto del libro «El triunfo de Ágatha Ruiz de la Prada», ha tratado de generar una escena borde, pidiendo que, puesto que es un libro digital, le firmara en un pezón, y se ha desabrochado la camisa, que luego se iba a tatuar su nombre, le he respondido que no le iba a firmar ni ahí, ni en el pene, ni en el dedo gordo del pie, ni en ningún otro sitio. Al final, se despide con un abrazo rijoso que me he negado a darle.

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Al comienzo de la entrevista, he empezando santiguándome, haciendo la señal de la Cruz, por cuanto «Woyming suelta blasfemias, quiero hacer manifestación pública de mi fe cristiana».

Eso en cuanto al anecdotario, en cuanto a las ideas he arremetido con especial claridad contra el feminismo lésbico, que pretende el genocidio del varón heterosexual; he incidido en que la Ley de Violencia de Género ha generado un negocio nauseabundo; que hay 1.600.000 denuncias falsas; que las cárceles están llenas de inocentes, como Vicente Chinchilla, en el Penal de Albacete, con una condena de 20 años, por dos violaciones a su ex, que nunca cometió y estando toda la carga de la prueba a favor de su inocencia; que Podemos es un partido fallido; que Ciudadanos, por su corrupción en la financiación, debería ser ilegalizado; que el periodismo en España es una simple alternativa a la prostitución; que la responsabilidad máxima de la corrupción la tiene la monarquía y que Felipe de Borbón sería más útil en Supervivientes y Letizia en el Telediario; que esto es una mierdocracia, que selecciona a los más mediocres, más aduladores y más trepas; que el presidente de RTVE, José Antonio Sánchez, es un ludópata que lo único que sabe hacer es llevar los maletines de Zaplana y El Pocero; que Julio Ariza es un estafador que ha redescubierto la esclavitud; que los inmigrantes no pueden cobrar pagas; que deben abandonar España cuando terminan sus contratos, que la Justicia está podrida; que el liberalismo es más peligroso que el socialismo; que para las elecciones europeas habrá una candidatura para romper este sistema.

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No sé si se atreverán a dejarme hablar de verdad, o mutilarán la entrevista hasta hacerla irreconocible. Manuel Burque fuera de cámara me ha dicho: «tienes un pensamiento muy libre«. Me ha sonado a elogio.