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La gürteliana Adela Pedrosa ficha a la informadora Lola Francés como su secretaria particular

Redacción




Lola Francés. /Foto: ramblalibre,com.

Joaquina García.

Las concejalas no adscritas también denuncian la irregularidad de mantener un sueldo de 35.000 euros anuales al portavoz adjunto del PP de Elda.

Si ha sido bien conocido por todos las cuatro retribuciones públicas de las que ha disfrutado  la gürteliana senadora eldense Adela Pedrosa, a ésta no se la pueda reprochar falta de generosidad con su familia política. Ése ha sido el caso de la afortunada informadora local Lola Francés. Cara conocida de los medios de comunicación de Elda, desde sus inicios en una pequeña televisión local y tras su paso por diarios como Información, sin que se le conozca formación académica más allá de los estudios esenciales, ha logrado convertirse en un soldado de fortuna al servicio del PP.

Si tiene el título, nadie lo ha visto. Si tiene estudios superiores, nadie lo sabe. Lo que sí se sabe, es que para llegar a convertirse en un cargo de confianza del Senado y vivir de nuestros impuestos, sólo hay que conquistar la voluntad de un senador.

Precisamente, algunas de las denuncias sobre los privilegios de los populares eldenses  proceden de dos ex concejalas del PP, María Dolores de la Dueña y Reme Soler. Las no adscritas, también han señalado que el gobierno local comete una irregularidad al mantener el salario del portavoz adjunto del grupo municipal, Alberto García, cuyo sueldo público de 35.000 euros anuales no le correspondería al haberse quedado el grupo municipal reducido a tan sólo cinco ediles.

En el caso de Lola Francés, sus méritos se sustentan en el cumplimiento durante las dos legislaturas anteriores del cometido de desmantelar la red de medios de comunicación municipales. Englobados radio, televisión y periódico bajo la empresa pública Emidesa, Francés se convirtió en todos los efectos en censora de contenidos políticos, convirtiéndose en brazo ejecutor de los deseos de su benefactora.

La espléndida recompensa le llegó el pasado 1 de septiembre en forma de nombramiento de personal eventual de la administración del Senado, donde desempeña labores de secretaría al servicio de Pedrosa, a la sazón Vicesecretaria Segunda de la Cámara Alta. Por tanto, estamos ante la Secretaria de la Vicesecrataria, una rimbombante cacofonía que evidencia las puertas giratorias del sistema.  

Tras prestarse a ofrecer un cuestionable tratamiento del material informativo que se brindaba en este entramado de medios públicos que el mismísimo Rupert Murdoch envidiaría, ante sus ojos pasaron, sin que a ella le afectaran, decenas de despidos de buenos profesionales recurridos en los tribunales y pagados por el Fogasa, quienes tenían como misión informar de los acontecimientos de una población de 55.000 habitantes con presupuestos que oscilaban entre el millón y los 600.000 euros.

Un cargo orgánico dirigiendo un medio público

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En los trámites de liquidación a los que estas políticas partidistas condujeron a Emidesa, una empresa pública con más de 30 años a sus espaldas que cesó su actividad en el año 2015, la propia Francés se quedó temporalmente sin empleo, pero con un despido dorado de 14.000 euros de indemnización, tal y como denunciaron los socialistas eldenses en aquel momento. Su trabajo, desempeñado entre julio de 2007 y diciembre de 2013, fue a todos los efectos como cargo de confianza y vinculado políticamente al PP, donde también era cargo orgánico.

Aquilatada la XII legislatura, Lola Francés nuevamente ocupa la vicesecretaria de Comunicación en la Ejecutiva Local del PP de Elda, hecho que ha venido acompañado del reemplazo como personal de uno de los dos cargos de confianza de los que disponía Pedrosa en el Senado, concretamente de María Cruz Landín Martínez.

Muchos ciudadanos se preguntarán cómo se puede llegar a ser cargo de confianza, o si se quiere a dedo, de un político. Son puestos discrecionales que realizan funciones de asesoramiento especial, para los que no se exige ninguna formación académica específica, más allá de la voluntad de quien lo nombra, constituyendo este tipo de puestos un privilegio político rayano con lo inconstitucional. Incluso el régimen económico que regula sus sueldos está protegido por la Ley de Protección de Datos por tener la extraña consideración de funcionarios y, por tanto, no está sujeto a criterios de transparencia.

En cualquier caso, el Senado dispone de un presupuesto de 2.162.337,70 euros a repartir entre 54 puestos de personal eventual de todos los partidos. De modo que resulta una media aritmética de 40.200 euros de sueldo anual por persona.

En el recuerdo de su quehacer periodístico, quedan los tristes sucesos que protagonizó en Emidesa, donde mientras muchos trabajadores perdían su empleo, ella acudía a trabajar con la frivolidad de quien se hace acompañar de su perrito.