Enrique de Diego.
Considero que por un especial detalle de San José, terror de los demonios, a quien tanto quiero y debo, y cuya devoción recomiendo vivamente, mi libro «El suicidio de España«, que escribí con tanto cuidado y cariño, y que pasó desapercibido, ha repuntado y se ha situado entre los más vendidos de teoría política. La tesis fundamental del libro es que en estos tiempos en que el mal es tan palpable y evidente el arma más poderosa es la oración y que todos los males que nos aquejan es por haber vuelto la espalda a Dios, lo cual es muy claro en una juventud desnortada y prematuramente envejecida. Este es un análisis racional y me remito al libro, con su crítica demoledora a los efectos perversos del relativismo en la vida de las personas.
El libro lleva en portada una imagen de Nuestra Señora de la Paz, de Medjugorje, donde la Virgen lleva apareciéndose todos los días desde hace treinta años, como un detalle de cariño con esta humanidad atribulada, en la que tantos poderes oscuros conspiran para extinguir.
Ahora que, con este genocidio en marcha de la violencia de género, me llega tanto sufrimiento provocado por el terrorismo judicial y por la depravación feminista subvencionada, recomiendo la devoción a Santa Bárbara, tan eficaz en todas las cuestiones procesales.
Es obvio que este repunte fuerte de «El suicidio de España«, que tanta ilusión me hace, va a rebufo del éxito de «El triunfo de Ágatha Ruiz de la Prada«, que sigue mereciendo el favor del público, y que sólo se puede adquirir en Amazon.