Miguel Sempere.
Según ha podido saber Rambla Libre, el periodista Pedro J Ramírez ha prohibido a sus hijos pisar la casa que adquirió en el Barrio de Salamanca de Madrid, por tres millones de euros, y en la que convive con su actual esposa, la abogada feminista Cruz de Sánchez de Lara y con Álvaro, el hijo del primer matrimonio de ésta con Juan Carlos Iglesias Toro. Es decir, Tristán y Cósima no conocen, nunca han estado en el domicilio actual de su padre.
Según fuentes solventes, la relación de Pedro J Ramírez con sus hijos se reduce a verlos una vez al mes o cada dos meses en algún restaurante. Ramírez ha dejado de ir al teatro o a espectáculos públicos con Cósima, algo que antes de conocer a Cruz era frecuente y habitual. Las fuentes informantes consideran que este alejamiento y esta aparente frialdad con sus hijos es una imposición de Cruz Sánchez de Lara, quien está tratando de monopolizar al periodista y de que rompa los lazos con su vida pasada.
La tensión familiar puede detectarse en las últimas declaraciones de Cósima Ramírez a Vanity Fair en las que indicaba que «mi padre ha dicho que hemos tomado partido, pero para nada. Siempre he sido una niña de papá, y mi padre es para mí como mi gran defensor y mi gran todo. Yo sigo totalmente en el bando de mi padre, pero al que yo quiero defender es a mi padre, porque mi madre ya está mucho mejor, encantada, con mil amigos«.
Cósima no se retraía en lanzar una crítica expresa a su progenitor: «Mi padre no sabe muy bien dónde se ha metido. Los hombres no tienen inteligencia emocional«. Y también a la actual esposa del periodista: «Eso de llamarle Pedro de repente. Esa es otra persona que nadie conoce. Una persona que se acaban de inventar».