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Vuelo en ultraligero, aprender a volar

Redacción




Ultraligero ala alta y tren triciclo. /Foto: Loreto Román.

Loreto Román. Escritora y periodista.

Aprender a volar, me estoy refiriendo en este caso al vuelo en ultraligero, aeronaves con motor ligeras construidas con fibras de vidrio y carbono, duraluminio remachado o materiales ligeros, incluso maderas como el pino de oregón, supone en principio perder el miedo al despegue, ese momento en el que el ultraligero abandona la pista para salir a volar.  Entre los ultraligeros tenemos los ultraligeros propiamente dichos, los autogiros y los pendulares,  y los anfibios o hidroaviones, como máximo de dos plazas.

Volar es una experiencia que todos deberíamos de experimentar ya que supone ver las cosas desde un punto de vista completamente diferente al que estamos habituados, más general, en su totalidad. Sentir el planeo es indescriptible, sensacional, completamente emocional, sobre todo en este tipo de aviones ligeros con poco peso con mucha sustentación por tener perfiles muy aerodinámicos y suficiente envergadura como para conseguir ese planeo muy sentido, poco mecánico, muy diferente al de los aviones grandes, más pesados, con mucho motor. La sensación después del correteo por la pista en el momento en el que sales a volar es como una especie de plenitud difícil de describir, en su totalidad inigualable.

La mayor parte de los ultraligeros vuelan en campos de vuelo o aeródromos, con su pista, manga de viento, hangares comunes o mono-plazas, local social, una frecuencia de radio que la utilizas para ponerte en contacto cuando estás en vuelo y te aproximas a pista, para comunicar que te incorporas viento en cola y aproximación a pista, y cualquier movimiento que realizas en pista o cerca del campo de vuelo. En el momento en el que llegas al campo de vuelo, sacas el ultraligero del hangar, como he comentado que puede ser de diversos materiales, fibras, duraluminio, puede ser ala alta o ala baja, los ala baja son generalmente más veloces y los ala alta son más sencillos de volar, más planeadores, recuperan con más facilidad su posición original. Y el tren de aterrizaje puede el clásico, el patín de cola, la cola apoyada sobre una rueda y dos ruedas delanteras, o el triciclo, hoy en día son la generalidad de los aviones, dos ruedas delante y una atrás. Los patín de cola son generalmente  más difíciles de aterrizar, ya que la cola en el correteo por la pista si no la controlas bien te puede realizar un giro y pegar un susto. Por ello en su instrucción generalmente realizas mucho correteo por la pista con la intención de que la sientas, en el momento en el que va bien y en el momento en el que puede estar empezando a realizar un giro. El patín de cola te pide mucho pie. Arrancas el motor del avión, motores refrigerados por agua o aire, Rotax o Jabiru son los más generales, después de las revisiones adecuadas de fuselaje,  tren de aterrizaje y en general la estructura, motor del avión, y en el momento en el que consigues las temperaturas adecuadas para salir a volar, te aproximas a cabecera de pista, lo comunicas por radio,  motor y a volar….

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El despegue siempre se realizará viento en cara, no lo olvidemos. Para eso generalmente utilizamos la manga de viento o sino la dirección que nos indican las ramas de los árboles, humos o cualquier demostración de dirección de viento. Una misma pista realmente son dos, dependiendo por cuál cabecera despegas, siempre teniendo en cuenta el viento, cuestión de aerodinámica. Si lo realizásemos viento en cola el ultraligero no se mantendría en vuelo y se estaría desplomando sobre la pista en todo el recorrido, comiéndose la pista sin opción a un despegue seguro. De igual forma se realiza el aterrizaje, viento en cara para que se produzca la sustentación adecuada para una toma perfecta. Viento en cola se desplomaría el ultraligero en la pista, incluso pudiéndose dar la posibilidad de que averiásemos el tren de aterrizaje. Si una de las cabeceras de pista es la 180, dirección Sur, la otra cabecera sería la 360, dirección Norte, como nos indicaría la brújula, una diferencia de 180 grados, la mitad de la circunferencia.  La brújula siempre la llevaremos en la cabina, junto con el anemómetro (indicador de velocidad), altímetro (altitud), variómetro (que nos indica el nivel de ascenso o descenso que estamos llevando), y otra instrumentación incorporada. Hoy en día los ultraligeros están volando con GPS aeronáuticos muy evolucionados, en donde se guardan las referencias de otros campos de vuelo, coordenadas, y en donde te indica por medio de los satélites el tiempo que te falta a destino según la velocidad a la que vayas, la dirección exacta y mucha más información.

En el momento en el que abandonamos la pista y vamos tomando altura, al mismo tiempo vamos quitando motor y estabilizando poco a poco el avión. No olvidemos, el despegue es la maniobra más peligrosa, ya que en ese momento estamos utilizando pleno motor y el avión está en una situación que no es la de planeo, y si ocurriese cualquier cosa en ese momento, deberemos aterrizar hacia delante o por derecho, nunca realizar un giro brusco de 180 grados como ha pasado en  algún accidente, con la intención de regresar a pista, porque no tenemos ni altitud ni velocidad suficientes. Ya a una altura suficiente, los altímetros te miden la altitud en metros y pies, vuelo recto y nivelado, que el ultraligero no ascienda ni descienda, utilizando el compensador para que se mantenga. Y así a volar.

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Nosotros volamos desde el campo de vuelo de Cerval, en el Norte de Portugal, y la ventaja es que tan pronto despegamos nos encontramos el río Miño prácticamente de frente. Seguimos su senda, su recorrido, a nuestra derecha España y a nuestra izquierda Portugal. El Miño es un río caudaloso, con actividad de piraguas, canoas, barcos. Los que conocemos su recorrido estamos deseando llegar a la desembocadura, impresionante, formada por islotes de las formas más diversas, en algunos de ellos con caballos salvajes, realizando dibujos sobre sus aguas cristalinas de las formas más sugerentes. El río se va ancheando muy poco a poco, es impresionante, incluso los dos lados Portugal y España formados por playas espectaculares de sorprendentes arenales batidas por ese mar intenso que es el Océano Atlántico. En un momento pasamos de las aguas de ese caudaloso río, el Miño, a las intensas olas de un océano con poderes ilimitados que impresiona al piloto más valiente y avezado por esa fuerza en sus olas, por ese viento que sólo estos mares lo tiene, por el sonido que escuchas de su intensidad aún a pesar del ruido del motor y a muchas otras cosas más. Es un cambio total.

Tan pronto despegas, el destino o plan de vuelo lo eliges tú, de ti va a depender.

Este ha sido un primer artículo de una sucesión de artículos que irán dedicados al vuelo, vuelo en ultraligero, planeador, autogiro, diferentes tipos de ultraligero, en general el vuelo y sus sensaciones. Porque volar es una forma diferente de ver la vida, supone un cambio, ya que en su generalidad todo es muy diferente.