Luis Bru.
Aplazado el Pleno de investidura, en medio de una caótica situación que está llevando al aburrimiento y al ridículo al separatismo. El Tribunal Constitucional ha puesto al presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent, en una posición delicada en la que puede verse sentado en el banquillo. La decisión ha sido recibida con malestar en todos los partidos separatistas y en las asociaciones. El Gobierno ha valorado que se trata de una muestra de «respeto a la legalidad y al Estado de Derecho».
Se perciben hondas fisuras en el separatismo. Esquerra Repulicana parece estar buscando quemar a Carles Puigdemont enquistado en el discurso de la legitimidad. La decisión de Torrent ha sido alabada por la exconsellera republicana Meritxell Serret, que se encuentra en Bruselas, para quien ha sido «inteligente, honesta y valiente«.
El aplazamiento no significa que el separatismo renuncie a la investidura de Carles Puigdemont, dispuesto a que Cataluña se sume en el caos político.