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Las maravillas del fin del mundo (4): Todos los humanos sin trabajo

Redacción




Todos los taxistas perderán su trabajo, por la conducción autónoma.

Enrique de Diego.

Nada muestra más que a los hombres de estos tiempos les ha tocado vivir el fin del mundo, junto con la acumulación de maravillas que anuncian la extinción de la especie como inservible, para imponer el reino de la máquina, que el absoluto dominio de la mentira en los medios de comunicación. Satanás, al fin y al cabo, es el padre de la mentira. De continuo, los medios tratan de desarmar frente a los peligros que se avecinan, que están en marcha. Uno de ellos es dejar a toda la especie humana fuera de juego, ociosa. Pero esto debe ocultarse o dulcificarse mediante referencias a inventos ulteriores, que siempre tuvieron como finalidad auxiliar, servir al hombre, no sustituirle como ahora sucede con toda la robótica.

Una información altamente manipulada de La Vanguardia mezcla los hechos con latiguillos de adoctrinamiento moral desarmador. Veamos los empleos que se van a perder por completo:

a) televendedores, personal de atención presencial al cliente, secretarios, empleados de banca, recepcionistas, cajeros, traductores, vendedores de prensa y libros, agentes de viajes, empleados de lavanderías.

b) Con el empuje de la conducción autónoma, desaparecerán taxistas y conductores. En el tren y el metro, los maquinistas.

c) en el mundo de las finanzas y jurídico sufrirán los contables, brokers y agentes de seguros, los despachos de abogados y asesores jurídicos. Las operaciones en bolsa con robots son cada vez más comunes.

d) en la industria, donde las grandes máquinas se van abriendo paso, serán los últimos días para portadores de carros en la minería, trabajadores agrícolas, fabricantes de moldes de plástico y metales.

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En realidad, ¿qué no puede hacer un robot? Así que La Vanguardia intercala melifluas cataplasmas y groseras consignas como la necesidad de estar abierto al cambio o que la clave es la educación. ¿En qué sentido? Latiguillos del XIX para los peligros del XXI. ¿Educación? ¡Un robot puede almacenar infinitos idiomas! Richard Vaughan dejará de tener sentido. La Vanguardia, citando a unas siglas internacionales, llega a decir la tontería de que el 85% de los empleos futuros aún no nos lo imaginamos. No, desde luego, porque no existirán o pretenden que no existan.

Reproduzco la última soberana estulticia con que concluye La Vanguardia: «¿Dónde hay más esperanza en el empleo? Faltarán manos para cuidar de las personas en una sociedad cada vez más envejecida. El desarrollo tecnológico, el crecimiento económico, mejoras en la sanidad, aumento de la esperanza de vida y otros factores están comportando el aumento de empleos asociados con la calidad de vida de las personas. Es el caso de asistentes sanitarios, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, peluqueros, enfermeros, psicólogos, dentistas, profesores de infantil, nutricionistas, etc.. La salud es el futuro».

¿Es qué no va a haber robots asistentes sanitarios, trabajadores sociales o peluqueros o toda esa retahíla? Y ¿cómo van a llegar a viejos y a esa de la calidad de vida los que se queden sin empleos? ¡Ah! A todo el mundo se le dará una renta básica, como una cartilla de racionamiento. ¿A cuento de qué? ¿Alguien se lo cree?

Seamos hombres, miremos al peligro de frente: lo que se pretende, hacia lo que nos quieren llevar es a que todos los humanos se queden sin trabajo. ¡Inservibles! Y lo que es inservible se termina destruyendo.

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