Enrique de Diego.
La actual esposa del periodista Pedro J Ramírez se ha reescrito a sí misma, ha tenido varias renovaciones, incluso cambios copernicanos, puede decirse, que ha reescrito su biografía, escondiendo algunos aspectos sombríos bajo un montón de escombros. Su primer marido le pagó una operación de cirugía estética para remoderlarse las orejas. Una pionera del quirófano.
A lo largo de su trayectoria ha demostrado estar dotada para la escena y las relaciones públicas. La que Pilar Eyre, en un rasgo de lacayismo impropio de una periodista de raza como ella, ha bautizado como «la Amal Clooney» española, ha ido generando su propia imagen, la que consideraba más conveniente para sus intenciones y objetivos, siempre ambiciosos, pues la definición de «ambiciosa» es constante en las diferentes etapas de su vida. Si se escudriña debajo de esa trama de siglas solidarias bajo las que ha ido camuflándose -directora jurídica de violencia de género de la Federación de Mujeres Progresistas, vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Progresistas «Enriqueta Chicano«, Junta Directiva de la Asociación de Juristas «Carmen Cedeira«, responsable de los programas de Igualdad de la Fundación del Tenis Español, vinculada a la Asociación Española de Abogados de Familia, a la Asociación Española de Mujeres Juristas, a la Federation Internationale de Femmes de Carrières Juridiques, miembro del International Justice Watch, fundadora en 2010 de la ONG Tribune for Human Rigths- resulta difícil encontrar un contenido sólido tras las numerosas capas de celofán en las que se ha envuelto.
Pocas como Cruz Sánchez de Lara han encontrado en la ideología de género un lucrativo campo para la proyección personal y profesional. Pero, ¿cómo se llama? Porque Cruz Sánchez de Lara se ha reescrito tanto a sí misma, ha pasado tanto por el quirófano estético su biografía, que incluso ha cambiado su nombre.
La actual esposa de Pedro J Ramírez -la boda más vergonzante, el divorcio más sonado- nació, fue bautizada y registrada como María Cruz Sánchez Sorzano. De ese nombre ha desaparecido María y se ha añadido un de Lara, de resonancias nobiliarias en la historia de España. De sí misma ha dicho que «yo era una víctima de violencia de género porque me encontré un maltratador en el camino, pero antes ya era víctima de mi educación católica y tradicional, por la que se esperaba de mí que fuera una perfecta ama de casa«, explicó en 2010 en un acto institucional de la Delegación del Gobierno de Madrid con motivo del día internacional contra la violencia de género.
La nacida María Cruz Sánchez Sorzano ha mentido mucho sobre su vida, a veces eso ha provocado quebrantos y sufrimientos en quienes se han cruzado con ella; lo ha hecho constantemente, incluso con escenas polémicas en sede judicial, como veremos en este serial. Nadie esperó de ella que fuera una perfecta ama de casa. Se casó siendo estudiante de Derecho con un prestigioso abogado cacereño, Juan Carlos Iglesias Toro, quien le pagó la carrera y la introdujo en el despacho familiar de su padre. La que ha afirmado que no quiere jefes, y ha dado de sí la imagen de una mujer autónoma, fue estrictamente una mantenida económica de quien después, mucho después, denunció por maltrato psicológico. Durante toda la carrera, vivió de lo que aportaba al matrimonio Iglesias Toro. Aunque afirma que cuando se trasladó a Madrid pasó estrecheces económicas, el divorcio por mutuo acuerdo le aportó algo más de 66.000 euros.
Traumada, por lo que dice, por su educación «católica y tradicional» eso puede hacer inteligible la desaparición del María, referencia a la Madre de Dios, pero le queda aún el Cruz, referencia a la simbología cristiana por excelencia. Si bien Cruz es nombre tanto de hombre como de mujer.
Cuando se casó por primera vez, era aún María Cruz Sánchez Sorzano. Como tal figura, como administradora solidaria, en el Registro Mercantil en la empresa de telefonía móvil Elitel Extremeña Comunicaciones SL, cuyo objeto social es «instalaciones telefónicas, telegráficas sin hilos y de televisión, en edificios y construcciones de cualquier clase e intermediarios de comercio«. Empresa que no terminó bien, como veremos en este serial.
¿Por qué se cambió el apellido añadiendo el de Lara? ¿Le parecía Sánchez demasiado vulgar y plebeyo? Es un misterio que ha dado lugar a algunas leyendas urbanas. En su entorno jurídico ha llegado a especularse con que ese cambio de apellido se debiera a un interés en esconderse del «maltratador» con el que estuvo casada, pero esto es fácilmente desmontable: cuando bautiza a su hijo Álvaro, el Sánchez ya se ha embellecido con el de Lara, tanto en la madre como en el hijo. También se ha difundido que podría haber conseguido algún título nobiliario de la Unión Europea, pero la UE no tiene más aristocracia que la de los burócratas de Bruselas. Rambla Libre se ha puesto en contacto con el despacho Sánchez de Lara Abogados para conocer su explicación. La pizpireta secretaria ha quedado en pasarla el recado para que nos dé su versión. De manera osada, la secretaria ha aventurado: «Doña Cruz nunca se ha cambiado de apellido, siempre ha sido Sánchez de Lara«. Esto es falso. Aquí estamos esperando para desvelar ese misterio de la vida de Cruz. En su nueva condición de mujer pública, que ha abandonado el anonimato, es obligada la trasparecencia.
Otros misterios de la esposa del periodista Pedro J Ramírez sí los hemos desentrañado y los iremos contando en este apasionante serial. Hemos iniciado la deconstrucción de Cruz.