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Víctor Laínez fue enterrado con la bandera de España y el emblema de la Legión

Redacción




Redacción.

Reproducimos la crónica de El Heraldo sobre el entierro de Víctor Laínez:

La iglesia de Litago se quedó pequeña este jueves durante la despedida a Víctor Laínez. Centenares de personas se desplazaron hasta la localidad a los pies del Moncayo para arropar a sus padres, Victorino y Nuria; sus hijos, Marco y Carolina; y sus hermanos, Javier, Ernesto y Rafael. Desde Zaragoza acudieron tantos amigos y conocidos que la Guardia Civil desplegó hasta cinco coches para regular el tráfico en el acceso al municipio.

El funeral de Víctor estuvo cargado de recuerdos y detalles emotivos. Una bandera de España y otra con el emblema de la Legión cubrieron su féretro, sobre el que él sonreía en un retrato. Javier Bernal, vicario general de la diócesis de Tarazona, y don Cirilo, que fue el cura de Litago y este jueves quiso participar en el funeral porque mantenía una estrecha amistad con la familia Laínez. Bernal dijo que la muerte de Víctor ha sido «injusta» y ha causado un «inmenso dolor» y destacó las miles de muestras de apoyo enviadas a la familia y los amigos desde todos los rincones de España.

Precisamente fueron sus amistades las que quisieron que en la despedida estuvieran los toros, el flamenco y las motos, grandes pasiones de Víctor. Alejandro Montserrat y Nacho Estévez tocaron la guitarra española mientras su amiga Carlota, con un capote regalado por Laínez, hizo algunos pases de salón a los pies del féretro. Su hermano Ernesto dio las gracias a los presentes por el calor y a Miguel, un amigo motero, se le rompió la voz mientras leía un poema recordando la pasión viajera de su «hermano». Los caballeros legionarios presentes en el funeral entonaron ‘El novio de la muerte’ en la iglesia y ‘La muerte no es el final’ en el cementerio, hasta donde el cuerpo de Víctor llegó a hombros de algunos de sus seres queridos.