Luis Bru.
Recientemente, tomaba la decisión de reducir el 10% el sueldo de la cúpula directiva. A finales del pasado año, tras darse de baja el 10% de sus suscriptores, inició una gira por ciudades españoles con ofertas de rebajas. Ahora Pedro J Ramírez ha enviado un correo electrónico a 5.000 accionistas -han perdido el 70% de lo invertido, tal y como se cotizan las acciones de El Español en el mercado secundario de valores- para que aporten dinero haciéndose suscriptores, con una cuota mensual para acceder a 25 noticias.
Cada vez son más las alarmas que Pedro J Ramírez emite hacia el exterior sobre una importante crisis financiera de El Español. Sus datos de audiencia son seriamente cuestionados por los especialistas pues lo que ha hecho ha sido fundir en su URL un cúmulo de digitales, lo que puede ser informática creativa pero es una forma de hacer trampas. Los objetivos financieros no se han cumplido: prometió que el segundo año perdería 1 millón de euros y ha perdido 3,6 millones; más que en el primer año. La acción emitida a 100 euros, como se ha indicado, se cotiza en torno a los 29 euros en el mercado secundario de valores, lo que es un auténtico descalabro.
Fuentes internas de la redacción de El Español hablan de un creciente nerviosismo de Pedro J Ramírez y de continuas amenazas de bajar los sueldos. De hecho, la estructura del digital es altamente costosa. En 2016, el capítulo de gastos se situó en 9,4 millones de euros anuales; de los cuales 5.805.952 estuvieron dedicados a gasto de personal, dentro del cual el sueldo de Ramírez es un porcentaje sustancial. De alguna manera, Ramírez está pidiendo a los accionistas que le financien su abultado sueldo.
El argumento recurrente es un victimismo conspiranoico. Ramírez se ha convertido en un adicto a las conspiranoias, empezando por la grosera mentira que montó alrededor del 11 M, y que le sitúa como el periodista más mentiroso de la España reciente. En el correo electrónico personal remitido a los accionistas, Ramírez dice que «quiero pedirte ayuda para que El Español continúe haciendo historia como medio nativo pionero en la captación de suscriptores». Se queja amargamente de que El Español está vetado en «las principales televisiones y en especial TVE y La Sexta», de lo que culpa a Mariano Rajoy y a Mauricio Casals, por las denuncias de corrupción. Ramírez parece propugnar una cuota para El Español en las tertulias. Tampoco es tan inocente como se presenta en materia de libertad de expresión. Despidió a Jesús Cacho, por ejemplo, por criticar a una institución financiera y le espetó que él, Ramírez, «soy el sistema«.
Parece que Ramírez ha perdido el sentido de la realidad, en lo privado y en lo público, y trata de endosar lo que va teniendo todas las trazas de un sonoro fracaso personal a otros. Resulta ya cansina su cantinela de referirse a sus etapas en Diario 16 y El Mundo, «de sobra sabéis por qué fui destituido en uno y otro caso«. Pues, la verdad, no lo sabemos y es un acto de fe estar de acuerdo con su interpretación. Los datos a su salida de El Mundo hubieran motivado el despido de cualquiera otro y no fue represaliado sino que se llevó una sustanciosa compensación multimillonaria que le ha permitido afrontar un divorcio adquiriendo una casa en el Barrio de Salamanca de tres millones de euros. Hay demasiados indicios de que estamos en el límite de lo que comúnmente se conoce como estafa. Continuará.