Luis Bru.
Pedro J Ramírez ha fichado para su digital, como columnista los sábados, a Lourdes Garzón -periodista que fue durante veinte años directora de Vanity Fair España y México- que tendió una trampa a su hija Cósima, desvelando aspectos íntimos.
Se trató de una entrevista firmada por el periodista Martín Bianchi. Consta, según fuentes solventes, que la madre, Ágatha Ruiz de la Prada hizo gestiones para que las declaraciones no se publicaran; criterio respaldado por su hija Cósima; y que las peticiones de ambas fueron desoídas por Lourdes Garzón, quien ha pasado a tener la sección «La hoguera de las vanidades«, los sábados. El digital de Ramírez ha presentado el fichaje de modo que «Garzón escribirá sobre la actualidad a través de personajes controvertidos y relevantes de la política, la sociedad y la cultura que ha conocido muy de cerca durante los diez años que ha estado al frente de una de las cabeceras míticas de la prensa internacional».
Mientras Ramírez parece premiar a la periodista que produjo un disgusto familiar, Ágatha Ruiz de la Prada no asistirá hoy a la fiesta de Vanity Fair. Dos posturas antagónicas. Ramírez antepone sus aparentes intereses profesionales, quizás acuciado por la mala marcha del digital, en cuya redacción Pedro J se muestra cada vez más nervioso y preocupado por el futuro.
Por otra parte, aunque el divorcio se ha llevado de manera civilizada y con un reparto rápido, Ramírez ha variado su postura en los últimos flecos, adoptando una postura más agresiva. Estamos hablando de cuestiones en las que se dirimen cantidades que rondan los 200 euros. O bien Ramírez no ha encontrado la felicidad estable que buscaba «para los próximos diez años» o bien respira por las heridas de las intervenciones televisivas y en revistas de Ágatha Ruiz de la Prada, que parece generar más interés informativo.
Ágatha Ruiz de la Prada se refiere a Cruz Sánchez de Lara como “esa tía”