Virginia Montes.
En la auténtica redada llevada a cabo en Arabia Saudí contra la corrupción, destaca la detención del príncipe Al Waleed bin Talal, accionista de twitter, y que ha impuesto criterios arbitrarios y restrictivos para la libertad de expresión en la red.
Los detenidos, por el recientemente creado Comité Anticorrupción, son cuatro ministros, once príncipes -se estima que en Arabia Saudí hay más de 7.000 príncipes Saud– y «decenas» de exministros, en lo que también se considera una purga dentro del régimen para consolidar el poder de Mohamed bin Salman, nombrado heredero de la Corona.
Bin Talal, apodado «El Warren Buffet árabe«, es uno de los más prominentes miembros de la familia real saudí, además de un acaudalado emprendedor e inversionista. Tiene especial interés en hacer grandes inversiones en gigantes estadounidenses como Citigroup, Apple, 21st Century Fox y Twitter.