Virginia Montes.
Farsa completa en la Justicia belga y por parte del Gobierno de Bélgica. Desde la «entrega», pactada, a primera hora de la mañana de Carles Puigdemont y cuatro sediciosos exconsellers –Meritxell Serret, Toni Comín, Lluís Puig, Clara Ponsatí-, su paso por Fiscalía, su declaración, durante cuatro horas, ante el Juzgado de Instrucción, hasta la resolución: Puigdemont y la banda de los cuatro quedan en libertad con cargos, deberán permanecer en Bruselas. Se les retira el pasaporte y tienen que comunicar al juez su lugar de residencia.
El juez tenía tres opciones: rechazar gestionar la euroorden, aceptar tramitarla y mantener detenidos a los cinco políticos catalanes o, aun procesándola, dejarlos en libertad condicional. Finalmente, se ha decantado por la libertad con medidas cautelares.
Tras acordar la libertad condicionada de los miembros cesados del Govern, las cortes belgas tienen ahora 15 días para analizar la euroorden emitida por la juez española Carmen Lamela. Todo el proceso judicial se podría prolongar más de un mes y medio, por lo que Puigdemont permanecerá en Bélgica durante toda la campaña electoral del 21D; elección a la que Puigdemont quiere concurrir como candidato o bien encabezando la lista del PDeCat o bien sobre esa supuesta «lista de país».