Enrique de Diego.
Esta mañana me he levantado con inquietantes comentarios de los mentideros madrileños, según los cuales Mariano Rajoy estaba dispuesto a ceder en todo con tal de prolongar esta farsa del absurdo en la que nos hemos instalado. Rajoy, según esas fuentes de periodistas orgánicos próximos a Moncloa, estaría dispuesto a: a) reformar la Constitución; b) en financiación, ir al concierto; c) considerar a Cataluña nación y d) permitirle tener embajadas oficiales. Todo esto contradice todo el discurso público y, por tanto, lo pongo en sordina, pero quiero transmitírselo a nuestros amables lectores para que estén prevenidos.
Mañana Mariano Rajoy comparece ante el Congreso de los Diputados y tendremos pistas para saber a qué atenernos. Por ahora, el Gobierno no está haciendo nada, pero está declarando mucho y no hay demasiados peros que poner a la retórica, pero todos a la inacción. Incluso la legítima acción de la policía, bajo mandato judicial, el 1 0 no ha sido amparada por sus mandos, que al final es el Gobierno sino que se ha asumido el martirologio más falso que un Judas de plástico de los sediciosos.
Mira, Mariano, que no hagas nada me produce estupefacción y me hace ser cauteloso. Aquí hay mucha gente que está luchando por una nación que se llama España, por la supervivencia de una sociedad y por la libertad de todos y cada uno amenazada por un proceso golpista y totalitario.
Que Puigdemont haya llegado a esa ceremonia de la confusión de declarar la independencia pero suspender sus efectos se justifica porque Cataluña se estaba viniendo abajo por momentos y me remito a los editoriales de La Vanguardia y El Periódico que son de auténtico pánico, después de haber alentado la juerga y haber manipulado ad nauseam, sobre todo La Vanguardia. Pero no es descartable que habléis por teléfono y juguéis sucio.
Este es un sistema basado en la corrupción y acostumbrado al pacto oscuro, que no se ha visto en otra. Y la desolación de la CUP parece impostada y Anna Gabriel tampoco se ha rasgado las vestiduras. Me ha gustado mucho la intervención de Xavier García Albiol. Es obvio que el Gobierno no puede negociar la soberanía de España, porque es previa al Gobierno.
Pero como dato positivo, los españoles han despertado y mucho. Ya llamar fascista al español, siendo tantos, como hacen esos memos de Podemos, no causa ningún efecto. Están muy claros y muy puestos Albert Rivera y Santiago Abascal, que se está batiendo el cobre. Pero, sobre todo, esos españoles que en Madrid coreaban «Rajoy, traidor, defiende a tu nación«, representaban a otros muchos españoles que por la geografía nacional lo piensan y lo dicen.
No sé, Mariano, si te importa mucho España. A tu padre, que en gloria esté, le importaba. Pero, desde luego, te importas tú mismo y el PP y es obvio que si pactas, si cedes, si trapicheas, si cerdeas, el Partido Popular se va por el sumidero de la historia.