Pablo Barrón. Delegado en Galicia de Rambla Libre.
Inés Arrimadas, sin duda, en la parte política, la que mejor está gestionado el problema de Cataluña, decía el otro día que «Puigdemont no era referentista que solo quería la independencia. Paso desapercibida ya que el «lío estaba en otro lado». Sin embargo, llegaron unos datos a nuestro poder de los que además habla ya La Vanguardia, quien lo iba a decir.
La verdadera razón por la que la antigua CIU tiene tanta prisa por la independencia es porque con el final del secreto bancario de Andorra se reportará a partir del 2018 todos los datos fiscales a los gobiernos de países de la UE, con lo que saldrá a la luz la ingente cantidad de dinero que la oligarquía catalana supuestamente ha desviado durante más de 30 años (lo que ha salido de Pujol es solo un aperitivo).
Constituyendo un país propio escaparían de la Justicia Española.
Segun dicen los que saben, en los últimos meses la Generalitat ha ingresado presuntamente en bancos suizos 33.000 millones de euros para el mantenimiento de una república catalana durante los próximos 3 años. Dinero que nunca volverá a Cataluña, porque servirá para los que han organizado esta sedición vivan como reyes cuando escapen de España, después de haber enfrentado y separado por muros de odio a los catalanes.
Ahora me encaja esa fidelidad de Puigdemont a la causa que inicia Artur Mas.