Enrique de Diego.
Mientras avanza la farsa amenazando en derivar ora en comediabufa ora en tragedia, se echa de menos a don Ramón María del Valle-Inclán para describir este esperpento nacional, aunque quizás sería más apropiado Carlos Arniches pues con frecuencia el paisaje es de sainete y muchas más -para vergüenza y oprobio- se mueve en los parámetros absurdos de los chistes de Miguel Gila, que parece haber resucitado en Cataluña:
1.- El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, que ciertamente parece salido de algún tebeo, comunica al conseller de Interior, Joaquim Forn, que el Gobierno ha decidido desplazar a Cataluña unidades de refuerzo de la Policía Nacional y de la Guardia Civil que tendrán como funciones la “vigilancia del espacio público“, el “mantenimiento del orden” y actuar “en caso de que se mantuviera el referéndum ilegal” sobre la independencia. Hete aquí que Forn es uno de los cabecillas de la rebelión, así que uno puede imaginarse a Zoido con el casco de Gila llamando al enemigo. Es precisamente Forn quien está atacando y desestabilizando el orden, pero no va a ser detenido, sino que se espera que se coordine. La respuesta de Forn también es de chiste: la medida «invade las competencias» de los mossos y la Generalitat. Teniendo en cuenta que ha desconectado y ha aprobado la Ley de Transitoriedad ya no tiene competencias. Forn ha declarado el estado de guerra, pero una drôle de guerre, la guerra de Gila.
2.- Cristóbal Montoro interviene las cuentas de la Generalitat con un ultimátum de 48 horas y la respuesta de Oriol Junqueras es recurrir a un Tribunal Supremo que decía no reconocer, para que admitida a trámite la reclamación considerar, por su cuenta y riesgo, que se ha paralizado la intervención. Y los dos se mueren por pagar la nómina a los funcionarios.
3.- Es también muy buena la escena del Fiscal jefe del TSJ de Cataluña reuniéndose con Josep Lluís Trapero para ordenarle que frene y persiga la celebración del referéndum ilegal que están organizando sus jefes. Podría haber empezado por detener a Joaquim Forn.
4.- Un cabo de los mossos se hace una foto con la estelada ante un coche de la Guardia Civil, un reportero de TV3 retransmite subido al capo destrozado de un monovolumen de la Guardia Civil frente a la Consellería de Economía.
5.- Un juez de Barcelona, del juzgado de Instrucción número 13, se atreve a hacer lo que todo un presidente del Gobierno no es capaz, inpedido por una diarrea compulsiva y una cobardía patológica, y detiene a 14 cargos de la Generalitat. Entre ellos, a Josep María Jove, el número dos de Oriol Junqueras, por dedicarse a organizar el referéndum. Pero nadie detiene a Oriol Junqueras, que tiene más responsabilidad en su preparación y en la asonada. Se supone que Jove sigue órdenes. Con buen criterio, Oriol Junqueras no apareció el día 20 por la Consellería para no ser detenido, que hubiera sido lo lógico.
6.- Reunión depresiva ese día 20 del Govern ante el desmantelamiento de la logística, pero Carles Puigdemont eleva el ánimo: hay que seguir adelante. Se clausuran las webs desde las que se promueve el referéndum, pero desde donde más se promueve es desde el twitter de Carles Puigdemont, que ni se clausura ni es él detenido.
7.- Pablo Iglesias, Irene Montero, Iñigo Errejón, Carolina Bescansa, Pablo Echenique llaman a defender al separatismo catalán, tan corrupto e insolidario, a la Puerta de Sol de Madrid, icono del patriotismo español. Los héroes del 2 de mayo se revuelven en su tumba.
8.- Y es glorioso lo de la «proporcionalidad» de Mariano Rajoy o su confianza en los mossos. ¿Cuál es la proporcionalidad ante una rebelión sediciosa? ¡Más dinero y más autogobierno!, Guindos dixit. ¡Más madera!
Sólo un gesto de dignidad y honor en medio de este pandemonium de frivolidades, irresponsabilidad y estupideces: los guardias civiles cercados en la Consellería de Economía negándose a ser evacuados en helicóptero por la terraza.