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Gabriel Rufián: bufón del Congreso y lacayo del islam

Redacción




Luis Bru.

Está muy bajo, ciertamente, el nivel del Congreso de los Diputados. Estos no son los tiempos de Emilio Castelar, ni de Cánovas del Castillo, ni de Manuel Azaña. En tu caso, eso es notorio. Charnego independentista, ese estilo de macarra que te estilas no aporta frescura, sino que produce asco. Te faltan preparación y lecturas, aunque has encontrado tu nicho de mercado y has sentado plaza de bufón.

Vas de chulo y vacilón y hasta te permites bromas de drogadicto, como que tienes una papeleta pero para consumo. Te haces la víctima, pero cuando puedes ejerces de verdugo, como, cuando independentista, te preocupaste en denunciar que la antigua sede del NODO estuviera ocupada por Hogar Social Madrid. Te echaron de tu último trabajo por «absentismo laboral» y ahora eres ya un viejo prematuro, un político profesional con el discurso de un tarugo. Ni como humorista das la talla.

 

Eres un lacayo del islam, como demostraste recientemente en Reus, asistiendo encantado, a una manifestación en la que hombres y mujeres iban separados; las mujeres, por supuesto, detrás. Y no fuiste capaz de ausentarte. De ser de cualquier otro pelaje, de seguro hubieras denunciado el machismo clamoroso e hiriente, pero ahí aguantaste el tipo con la mejor de tus estúpidas sonrisas. Incluso se te ve contento saludando a patentes integristas. Tú, y tus compinches, no lleváis a Cataluña a una república independiente, sino a una república islámica.

Cuando mueves la cabeza suena a sonajero.