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¡Falta un Valle-Inclán para describir este esperpento nacional!

Redacción




Ramón María del Valle-Inclán. /Foto: jotdown.com.

Enrique de Diego.

Se echa en falta a don Ramón María del Valle-Inclán para que describiera este embrollado esperpento nacional donde la sociedad española -que descubrió América y tuvo un imperio donde no se ponía el sol- se encamina hacia el suicidio colectivo por sobredosis de estupidez.

Josep Lluís Trapero, llegando a la reunión con el Fiscal Jefe del TSJC. /Foto: elperiodico.com.

Lo del Fiscal Jefe del TSJC citando a Josep Lluis Trapero -ese inútil al que la propaganda separatista ha mitificado manipulando una horrible masacre evitable- para darle instrucciones de que los mossos, en calidad de Policía Judicial, retiren, si las buscan y las encuentran, las urnas para que no se consume el delito del 1-O. Bueno, aquí delitos gruesos se están cometiendo todos los días en la más cándida impunidad. Los mossos son una estructura jerárquica cuya cadena de mando asciende hasta el mayor delincuente actual, Carles Puigdemont. Bueno, en última instancia, dependen del Ministerio del Interior, de un tal Zoido, orondo mercachifle de esta auténtica Corte de los Milagros, que reporta a un Mariano Rajoy, que parece haberse vuelto idiota atenazado por su cobardía, y éste a un Felipe de Borbón, descendiente de Isabel II y algún general bonito de la Corte, que no ha hecho nada en la vida, salvo cobrar y vivir del cuento.

¿A quién se le ocurrió ceder la educación y el orden público a personas que nunca han ocultado que querían separarse? El despliegue de los mossos lo hicieron José María Aznar y Jaime Mayor Oreja, dos patriotas de opereta, de los cuales el primero hablaba catalán en la intimidad, se supone que haciendo el acto sexual con Ana Botella.

Lo de llamar a Trapero para que recoja las urnas oscila entre el esperpento y el chiste de Gila. Cualquier sabe que es una policía nacionalista y separatista, mediante la cual los imbéciles que nos llevan desgobernando cuarenta años comparten en el monopolio de la violencia con los sediciosos. Cierto que no pocos provienen de la Guardia Civil, del Cuerpo Nacional de Policía y algunos de la Legión, como el que abatió a cuatro terroristas en Cambrils, que hizo el servicio militar en el Tercio Juan de Austria. Pero nacieron y han crecido -17.000 armados- para servir al separatismo.

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Hago apuestas y las gano todas de que los mossos la lían y no van a hacer de Policía Judicial. Ya la liaron en el 34, pero Rajoy se ha obsesionado con que le van a obedecer y con que Trapero va a recoger las urnas y va a entrar en el despacho de Carles Puigdemont y le va decir: «Queda usted detenido«. El esperpento es monumental. El jefe de la oposición, Pedro Sánchez, que es más bobo que alto, se inventa tres naciones, más España, cuatro, que es nación de naciones y tiro porque me toca. Un profesor de Políticas con coleta grita que «como español, ¡Visca Catalunya lliure y soberana!». Las cabezas andan muy mal y esto es la Corte de los Milagros sin la santidad de Sor Patrocinio sino con la grosera estupidez relativista. Ada Colau da cada día una de cal y otra de arena, con un argentino que es separatista catalán y el de la silla de ruedas que también es argentino y también separatista. Y los de Podemos de Cataluña que no quieren saber nada con el coletas porque por muchas chorradas que diga, ellos son más separatistas.

 

Muchos claros en la manifestación sediciosa. /Foto: elperiodico.com.

Los separatistas quieren ir a la independencia pasando por la perfomance y el teatro en la calle, todos uniformados con la misma camiseta con un aire a Corea del Norte, pero en light y postmoderno.

Albert Rivera reúne a su ejecutiva en el Parador de Gredos o rememorando a la Falange, que allí se fue en tiempos previos a la guerra civil, o a los padres de la Constitución, que también recalaron entre las cabras que andan mejor de la cabeza que nuestros gobernantes y roban mucho menos, que en eso del hurto todos y todas han demostrado desparpajo e inventiva.

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Reunión de la ejecutiva de Ciudadanos en el Parador de Gredos.

Como ya no tenemos ni a don Juan de Austria ni al duque de Alba, ni a los Tercios de Flandes, Rajoy envió a Soraya Saénz de Santamaría para que hiciera milagros enseñando la chequera y abriéndose sin pudor a Oriol Junqueras, que no se sabe para donde mira, pero que se ha ido a desayunar con el abad de Monserrat para diseñar la república islámica de Cataluña. Gabriel Rufián ha asistido en Reus a una manifestación de mujeres con niqab y hombres con barba integrista y se le ha visto tan contento de haberse conocido.

España parece gobernada por personas indecentes salidas de un frenopático. Los debates parlamentarios no alcanzan ni el nivel de charlotada. Todo depende del valor de un par de nurias y unos cuantos alcaldes socialistas. Sólo Miquel Iceta, que ha parado en sus bailes de la barriga, parece estar en su sitio y mostrar algo de dignidad. Xavier García Albiol amenaza día sí y día no con un artículo 155 al que su jefe tiene tiricia.

Aquí cada uno está a ver quién la dice más gorda y hace más el ridículo. E incluso al esperpento nacional se han sumado -éramos pocos…- Varoufakis y Assange, aburrido de su larga estancia en la embajada de Ecuador en Londres. Rajoy quiere que también diga algo Donald Trump.

Hace falta un Valle-Inclán que describa a estos periodistas papagayos, que repiten, con veinticuatro horas de retraso, lo mismo que han dicho sus políticos de referencia. O la obsesión de TVE por dar voz a los separatistas. O la escena de Arnaldo Otegi poniendo flores a Rafael Casanova, que era un patriota español decente y austriacista, con la mitad de su familia en la Orden de Predicadores y que consagraba a la ciudad a la Virgen de la Merced.

Pero lo de llamar a Trapero para que frene la sedición y detenga a los sediciosos es la escena que faltaba para este lamentable esperpento nacional que nos ha tocado vivir y padecer. ¡Vuelva don Ramón!