Enrique de Diego.
Acostumbrado a la impunidad, el miserable Carles Puigdemont ha abandonado el ámbito de la cordura para ahondarse en el terreno de la locura. Un personaje que se define a sí mismo como de «perfil bajo» pero que ve en el referéndum la posibilidad de pasar a la Historia, ha llegado a decir que, con las citaciones del Tribunal de Cuentas, «se está vulnerando el Estado de Derecho«. Convocando un referéndum ilegal, cometiendo compulsivamente delito de sedición, y se atreve a hablar de Estado de Derecho.
Para el miserable Carles Puigdemont «ya no es cuestión de independencia sí o no, sino de democracia sí o no». Y con una tendencia creciente a la manipulación semántica afirma que es un «referéndum de determinación democrática».
No, es un referéndum de secesión que pretende echar abajo la democracia para ir por la senda del totalitarismo.