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El miserable Carles Puigdemont ofende al Ejército y va hacia la guerra

Redacción




Carles Puigdemont quiere ir a la guerra. /Foto: 20minutos.es.

Enrique de Diego.

Aquí se perpetra el delito de sedición -tipificado en el artículo 544 del Código Penal- y ni la Fiscalía actúa de oficio ni al Gobierno se le mueve una pestaña, así que el miserable de Carles Puigdemont se cree ya investido como gobernador de la Isla Barataria y cada día desbarra más.

Ahora se dedica a ofender al Ejército exigiendo su salida de forma que pretende que en la Academia General Básica de Suboficiales de Talarn, en Lleida hagan el petate, arríen la bandera y se retiren con el rabo entre las piernas como los cobardes que no son.

A España servir hasta morir, sigue en los corazones. /Foto: abc.es.

En esa Academia tenían puesto en un monte el lema «A España servir hasta morir» que el ultrachorizo de José Bono mandó retirar, aunque en los ratos libres que le da recontar los billetes que ha robado va por ahí de patriota. También quieren que el Regimiento de Arapiles 62 haga lo propio.

A este golpista de opereta que es el miserable de Carles Puigdemont -se describe a sí mismo como un hombre de «perfil bajo» que quiere pasar a la historia- conviene recordarle el vigente artículo 8 de la Constitución: «Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional».

Es decir, que si todas las instituciones fallaran y Pablo Iglesias corrompiera a Pedro Sánchez para acceder éste a la presidencia del Gobierno y el otro salir en prime time en La Sexta, todavía quedaría el Ejército, que por honor e interés no podría fallar, porque de hacerlo habría que licenciarles a todos.

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El problema no es que alguien se crea Napoleón sino que le sigan la corriente los demás. Es obvio que Carles Puigdemont se cree Napoleón. Oriol Junqueras sabe que no y le está moviendo la silla (se ha dado cuenta Marta Pascal: «no me lo esperaba, huele a tripartito«), pero Puigdemont lo que quiere es salir al balcón del Palau de Sant Jordi el día 3 y proclamar el Estado catalán y pasar a la historia. Para parar a este tipo de dementes sediciosos es para lo que está el Ejército y para lo que se les paga a los militares y no para poner tiritas en Absurdistán.

Anda echándole la culpa a todo el mundo de su incompetencia

Puigdemont se cree una mezcla de Napoleón y de Kim Jong-un, así que quiere disponer de «ejército propio». Puigdemont se va a la guerra. Un personaje al que le acaba de estallar un chalet en Alcanar lleno de explosivo, bombonas de butano y clavos para metralla y sus mossos llegaron a la brillante conclusión de que era un laboratorio de cocaína, a pesar de tener herido a un marroquí, considera que «hace falta un esfuerzo en inteligencia militar y recursos para afrontar los ataques de las guerras modernas». Le llama ataque de las guerras modernas a que doce niñatos islamistas, mimados del sistema, nous catalans de pura cepa, entren en Las Ramblas, sin bolardos, arrollando gente. ¡Y todavía hay que soportar que este inútil degenerado ande echándole la culpa a todo el mundo de su incompetencia y negligencia! ¡Ahora va a ser cuestión de Europol tener controlado Ripoll! Estos separatistas son una pandilla de idiotas proteicos.

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Ya va siendo hora, Mariano, de pararle los pies

Este cazasubvenciones, que no ha hecho nada en la vida  y ha vivido del cuento de ser separatista, este acomplejado afirma que «no tengamos complejos, Cataluña ha de tener una política de defensa homologable a la de las naciones aliadas». Vamos, que se va a poner a lanzar misiles balísticos. ¿Cuáles son, por cierto, esas naciones aliadas?

A un mediocre de este calibre le das un ejército de pacotilla, con barretina y espardeñas, para pintarla, como los mossos en traje de gala, y lo primero que se le ocurre es invadir Valencia y Palma. Ya va siendo hora, Mariano, de pararle los pies.