Enrique de Diego.
El dramaturgo Serafí Pita, de la Renaixenca, escribió: «Fils de Giufré el Pilós, aixó vol dir catalans» (Hijos de Wifredo el Velloso, esto quiere decir catalanes). ¿Sois, acaso, catalanes de hoy, hijos de Wifredo el Velloso? ¡Ah, no, ahora sois una sociedad multicultural, cuya fortaleza está en la diversidad, un lugar de acogida y de paz y de toda esa monserga con la que líderes mediocres e infames os están llevando al suicidio colectivo!
No, al menos una docena de vecinos de Ripoll, hubieran hecho explotar de buena gana el monasterio de Santa María de Ripoll, donde descansa Wifredo, como pretendían hacerlo con la Sagrada Familia. ¿No estáis orgullosos de esa maravilla de fe y talento del inmenso Antonio Gaudí? Sí, claro. Y, entonces, ¿por qué ese pudor, por qué ese ocultismo a indicar y asumir que querían volar la Sagrada Familia?
Mohamed Houli, superviviente de la explosión de Alcanar, declaró ante el juez que iban a atentar «contra monumentos e iglesias» porque «le dijeron que eso estaba permitido en el islam». Ordenado. No dejan piedra sobre piedra. Ha escrito el miserable Carles Puigdemont que: “Cataluña ha sido, es y será una tierra de paz y de bienvenida. Y no dejaremos que una minoría acabe con una forma de ser que se ha forjado a lo largo de los siglos». Si fueran mayoría, adiós al románico pirenaico, a la Catedral del Mar y de la Sagrada Familia y Monserrat.
¿Qué es lo que ha forjado a lo largo de los siglos, miserable Puigdemont? Wifredo el Velloso murió el 11 de agosto del 897 defendiendo Barcelona del ataque musulmán. No todo ha sido paz y buenismo. Hubo ocho siglos de duro batallar. Cataluña se forjó contra el islam, como se forjó España.
Cobayas de un oscuro proceso de ingeniería social
Ya no sois hijos de Wifredo el Velloso sino cobayas de un oscuro proceso de ingeniería social. Me dirijo a los separatistas: ¿de quién sois hijos, hoy? ¿cuál es vuestro nacionalismo? Decía Ernst Renan que una nación es el «plebiscito de los siglos». Ese «plebiscito de los siglos» lo habéis destruido en unas décadas. ¿Cuál es vuestra narrativa común? ¿Cuáles los mojones, las regularidades comunes para comunicaros y entenderos? Porque pretenden incomunicaros en catalán: los terroristas hablaban en catalán y querían matar a todos los hijos de Wifredo y destruir Santa María de Ripoll.
La diversidad es un imposible metafísico y acaba con la pluralidad
¡Despertad, catalanes, os están llevando hacia el suicidio colectivo! ¿Cuál es vuestra identidad? ¡Ah, la diversidad! La diversidad es un imposible metafísico. La diversidad es el conflicto y la violencia irrestricta; es la abominación de la desolación. Barcelona ha sido siempre cosmopolita, pero nunca diversa. La diversidad es la antítesis del cosmopolitismo, acaba con él. El cosmopolitismo es la apertura a gentes de otros orígenes con valores comunes. La diversidad es la existencia de «comunidades«, yuxtapuestas, unas al lado de las otras, incomunicadas y llamadas a enfrentarse. La diversidad acaba con la pluralidad, es su antítesis. Pluralidad: personas con diferentes opiniones. Mientras, en la diversidad son comunidades en las que el individuo ha de plegarse al colectivo. ¡No puede haber «comunidades»! Eso no ha funcionado, ni funcionará nunca, y de sus nefastas consecuencias estamos sólo en los prolegómenos.
https://youtu.be/Tp9bgqRo2Ek
No es un mal catalán. Lo padecemos todos. Lo padece toda esta Europa occidental a la que fuerzas oscuras y muy poderosas quieren hacer sucumbir, en un proceso de sustitución y de exterminio. Pero ese mal, en su terrible metástasis, está muy avanzado en Cataluña. ¡Despertad! No es cierto, es una completa mentira que haya un islamismo moderado y otro radical, o que se radicalicen como si les diera una ventolera.
Esa enfermedad letal que amenaza con derribar una civilización que se tambalea sin resortes morales es la confluencia de dos pandemias agresivas: la del fanático religioso islámico, anclado en el siglo VII de la era cristiana, y la peste del político profesional. Los políticos profesionales catalanes, tan corruptos o más que los demás, se han inventado grupos mascota que comprados con dinero del contribuyente -servicios sociales, subvenciones, educación y sanidad gratis- asegurarán su status vitalicio y obedecerán sus dictados destructivos. Un engaño, una asquerosa mentira que pone las bases de conflictos terroríficos, que los vemos en Siria o en Irak.
Estaría siempre contra el separatismo porque considero a la queridísima Cataluña parte de la queridísima España -la hubiera amado siempre, mas en estos tiempos de tantas ofensas tiendo a amarla con pasión-, pero en estos momentos críticos, antes de seguir avanzando hacia el abismo, es urgente que percibáis que estáis destruyendo la Cataluña real, forjada durante siglos, la de Wifredo el Velloso y la de Gaudí; que estáis destruyendo vuestra tradición, vuestra narrativa común, por un engendro, un monstruo globalista. Y es contradictorio y no puede salir bien.
Justificación del gobierno mundial no del patriotismo
Todas las tesis actuales del separatismo, toda la matraca de la diversidad, toda esa asfixiante corrección política es la justificación del gobierno mundial no del patriotismo. Ese referéndum, que no debe tener lugar, es la destrucción última de la Cataluña posible y, por supuesto, de la Cataluña histórica.
Atended a los datos que se han ido sabiendo. Mirad como el ideador del «plan contra la islamofobia» del Ayuntamiento de Barcelona, el teniente de alcalde, Jaume Asens, es un abogado defensor de terroristas islamistas o como toda la censura y la ceguera parlamentarias son propugnadas por el diputado de la CUP, Benet Salellas, otro abogado defensor de terroristas islamistas. Observad las horas extras, los elogios envenenados que están haciendo los medios propiedad de George Soros, el globalista, el destructivo, el que quiere acabar con las patrias históricas de Europa para llevar a las sociedades a un pandemonium. ¡Abrid los ojos, catalanes!
Hay que resistir y empezar a luchar intelectualmente, con fortaleza y valentía, contra la negación de la realidad mediante la semántica y combatir las imposiciones del terror mediático. ¡No puede haber una identidad basada en la diversidad! Es mentira. Como no puede haber barrios de homosexuales y de musulmanes.
https://youtu.be/gS95Iz9JB_Q
¡Despertad, catalanes! Patética esa exacerbación extrema del síndrome de Estocolmo del padre del niño de tres años necesitando abrazar a un musulmán. Vuestros problemas, son los de todos, pero vuestra marcha hacia el caos está más avanzada. ¡Parad, recuperad la sensatez de vuestros mayores!
¿Si ya no sois hijos de Wifredo el Velloso, de quién lo sois? Sois hijos de George Soros y la Open Society.