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La idiocia arrasa Cataluña

Redacción




Niñatos terroristas mimados por los servicios sociales provocan una masacre.

Enrique de Diego.

La idiocia arrasa en Cataluña. El sistema separatista catalán se basa en la idiocia y la manipulación. ¿Ha pasado algo en Cataluña? Hay 15 personas muertas, entre los fallos garrafales de los incompetentes mossos -objeto de una campaña mediática, dice el tarugán Joaquim Forn, para quien lo importante es diferenciar entre muertos españoles y catalanes- y la quiebra de todo un sistema basado en la diversidad y la subvención, al que hay que apuntalar a la carrera.

Y la idiocia separatista se está superando cayendo en el más absoluto de los ridículos. Incluso se ha puesto en marcha una especie de proceso de beatificación de los terroristas, buenos chicos, a los que les ha dado una ventolera. O han sido sometidos a un «lavado de cerebro» tipo «secta«, como están diciendo esos sociólogos y especialistas en diversidad que sólo sirven para cobrar del contribuyente y destruir la sociedad.

¡Tanto dinero gastado en estos niñatos terroristas! ¡Tantos mimos del sistema! ¡Tantos servicios sociales! Ahí está la inmundicia de artículo de una tal Raquel Rull, educadora social en Ripoll, que vive del cuento, con su patético: “¿Cómo puede ser, YounesNo he visto a nadie tan responsable como tú…”  Este chico tan responsable es el que ha matado a 13 personas en Las Ramblas y ha asestado una puñalada de 20 centímetros al ingeniero cooperante, Pau Pérez. Y Raquel Rull no ha visto a nadie tan responsable.

Pero en esta negación del fracaso sistémico, en esta negación de responsabilidades, no hay límites a la inmundicia intelectual. Según María Dolors Villalta, vestal de la idiocia, concejala de Convivencia en Ripoll, «el modelo de convivencia funcionaba, estaban integrados». Uno puede entender el concepto integración en cualquiera de los significados menos en el de los unos terroristas que han provocado una masacre, y que planeaban hacer una mayor todavía destruyendo la Sagrada Familia y llenado las furgonetas de bombonas de butano y de clavos para matar al mayor número de gente.

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El Periódico, en reportaje de ambiente, describe a los niñatos terroristas como que «eran muy disciplinados, correctos y amables«. Poco empieza a faltar para que las víctimas sean unos malvados transeúntes que se interpusieron en la marcha de la furgoneta.

¿Cómo estos chicos tan educados, a los que se dedicó tanto tiempo por parte del funcionariado separatista, han podido hacer una masacre y matar a inocentes a sangre fría? ¿Tendrá que ver quizás con el islamismo y sus prédicas de matar a los no musulmanes y destruir las iglesias cristianas, incluida Santa María de Ripoll? ¡Oh! no, el islamismo ha de quedar fuera de toda discusión, pues no se pueden poner en riesgo todos los sueldos de quienes sólo ayudan a aplicar la piqueta a la civilización de la libertad. ¡Es el imám que les ha «lavado el cerebro» como en una secta, repiten! ¿Pero qué secta, con qué contenido, una secta islámica quizás? Curiosa secta en la que muerto el imám el miércoles, esos chicos «muy disciplinados, correctos y amables» prosiguen con sus planes asesinos.

Los medios subvencionados llegan a hablar de «manipulación psicológica» y no, desde luego, de prédicas religiosas integristas y salafistas.

Vamos a sobrevivir, seguro, a tanta idiocia pero lo ponen difícil. Mientras tanto el Ayuntamiento de Barcelona de Ada Colau, que tienen teniente de alcalde abogado de terroristas islamistas como Jaume Asens, monta un aquelarre interreligioso, al que se presta a asistir el arzobispo de Barcelona, y al que fuera de los cargos no asiste prácticamente nadie, en el que se ensalza «la paz como valor común de las diferentes religiones: cristianismo, islamismo o budismo«. ¿Alguien, en su sano juicio, se cree de verdad que el islamismo y el budismo son equiparables? ¿Nadie ha oído hablar de la «guerra santa»? Los terroristas, sí. Y ese acto, con protagonismo de la Asociación Unesco para el diálogo interreligioso (Audir), una idiocia para vivir del cuento, la actriz Carmen Sansa, resalta que en el acto «plural, respetuoso e inclusivo» es preciso ensalzar «la juventud, la inmigración y la diversidad cultural«. ¿Es eso lo que florece en la masacre de Las Ramblas y en el atentado de Cambrils, beneficios del mantra de la «diversidad«?

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O la gente despierta, o esta casta, instalado al tiempo en el Presupuesto y en la idiocia, o la llevan al exterminio, pasando por la miseria y el hambre. Vade retro.