Virginia Montes.
El 51,5% de los italianos consideran que se encuentran en situación de «sustitución étnica«, según encuestas de las que se hace eco el digital Fdesouche.
En los seis primeros del año, llegaron a Italia 95.672 africanos y asiáticos, de religión musulmana en que lo que es un auténtico aluvión que las autoridades italianas, sumisas a los dictados de Bruselas, son incapaces de hacer frente. Se trata de una política suicida de puertas abiertas contraria a cualquier principio democrático, pues el 67% de los italianos es partidario de la expulsión de los inmigrantes y el 61% de un bloqueo de las costas, según una encuesta del diario Il Messagero.
De los 46.995 arribados en los primeros cuatro meses, sólo 806 provenían de naciones en guerra, concretamente Siria y Libia. El grupo más numeroso provenía de Nigeria, 10.000. Después vienen Bangladesh con 4.315, Gambia con 3.816, Pakistán con 3.624, Senegal con 3.460.
Los recién llegados son alojados en hoteles, con cargo al contribuyente. Recientemente, africanos instalados en un hotel de cinco estrellas destruyeron las instalaciones, reivindicando que se les diera ropa y dinero.
Italia se está convirtiendo en una colonia africana. En una de las mayores estupideces de la historia reciente, la OTAN destruyó al régimen libio, propiciando el asesinato de Muammar Gadaffi. En esa absurda operación participaron Italia y España. Al convertir a Libia en un «estado fallido«, las costas libias se han convertido en un completo coladero, con los barcos de las ONG colaborando con las mafias del tráfico de personas.