Enrique de Diego.
Vivimos en la mentira. Se nos trata de imponer la mentira de continuo. La mentira se establece como dogma a base de repetirla, tantas o más veces de lo que lo hacía Goebbels. Entre todas las mentiras, una de las más groseras, inconsistentes y repetidas es la de que las mujeres ganan menos que los hombres, que hay una «brecha salarial», según el dogmatismo hembrista.
Lo repite en Tribuna Feminista, la diputada del PSOE, Lidia Ginart Moreno, quien recurre a la mentira estadística. Según la Encuesta Anual de Estructura Salarial, del Instituto Nacional de Estadística, el salario medio anual femenino es el 22,9% inferior. Tras el libro de petete estadístico, el dogma de la supina estupidez: «se trata de una diferencia salarial por razón de sexo tan evidente, tan contundente, que la alarma debe ser general y la respuesta, inmediata». ¡Y qué sea diputada!
Mentira cochina, las mujeres no cobran menos que los hombres. Lidia Ginart Moreno no cobra menos que cualquier diputado varón. Cobra lo mismo. Esa patraña de la brecha salarial se explica por la más reciente incorporación de la mujer al mercado de trabajo. En una nación de funcionarios, hay ya porcentualmente más funcionarias pero seguramente tienen menos trienios. En la última promoción de jueces, el porcentaje de mujeres superó el 60%. ¿En esa promoción hablará Lidia Ginart de «brecha salarial» a favor de las mujeres?
Esta es una mentalidad tardomarxistoide de una estupidez superlativa. Ana Botín gana más que yo y que Lidia Ginart. ¿Hay una «brecha salarial» entre Ana Botín y yo y Lidia Ginart? Estas desfasadas mentalidades colectivistas no son más que una engañifa. El feminismo, tomado por el lesbianismo, no dice más que tonterías y a veces cuelan. Ya basta de chorradas.